domingo, 28 de diciembre de 2008

LAS FAMILIAS QUE ROUCO OLVIDÓ. Juan Cejudo

El cardenal Rouco ha hablado en Madrid de los problemas que afectan a las familias.
Se ha centrado en los problemas de siempre: el problema del aborto, el divorcio y el de los matrimonios homosexuales. También, el problema de la pobreza que repercute de modo directo en los niños.

Aunque el tono empleado ha sido bastante más moderado que el del año pasado y menos mitinero ( lo que es de agradecer), sí que ha dibujado un marco muy poco real de la situación de las familias que hoy viven problemas muy acuciantes.

¿Pero de qué familias no ha hablado Rouco?

Mientras se celebra la Misa en Madrid cerca de 300 personas han muerto en Gaza víctimas del feroz ataque israelí. Más de 900 heridos. Nadie recordaba un ataque así.
Lógicamente son familias palestinas destrozadas que han perdido a sus seres queridos. Y parece que Israel pretende continuar con su masacre en días sucesivos…

De esas familias no ha hablado Rouco.

En nuestro país, a causa de la crisis económica provocada por banqueros sin escrúpulos y no controlada por los Gobiernos que se han beneficiado de ello, miles y miles de familias han perdido el empleo, miles y miles de familias no pueden pagar sus hipotecas y se ven amenazadas de desahucio. Ya muchas han quedado en la calle sin nada.

De estas familias tampoco ha hablado Rouco.

Miles y miles de inmigrantes han quedado completamente tirados en la calle sin casa ni trabajo y los que pueden, se ven obligados a retornar a su tierra sin nada, donde les espera una incertidumbre quizá aún mayor para sus familias.

Centenares de inmigrantes siguen llegando en pateras o frágiles embarcaciones a las costas españolas o italianas huyendo del hambre, la miseria , las enfermedades o las guerras.

De estas familias tampoco hablado Rouco.

Ni de las familias de homosexuales marginadas todavía en la Sociedad y en la misma Iglesia. Ni de las familias de divorciados vueltos a casar a los que la Iglesia niega sus derechos. Ni de las familias de los curas casados marginados por la Iglesia.

Ni de esos millones de familias asoladas por el Sida, especialmente en países africanos a las que se les sigue moralizando contra el uso del preservativo, un medio que sería muy eficaz para frenar el avance de la enfermedad.

Ni de las familias destrozadas por los numerosos casos de pederastia del clero.
Ni las miles y miles de familias con graves problemas de dependencia.

Tampoco de estas familias se ha acordado Rouco.

En definitiva: lo de siempre. Una defensa de la familia tradicional. Una llamada a vivir una espiritualidad muy descarnada de la realidad y sin conectar con los problemas reales que padecen las familias.

Que la familia es importante, sin duda. Pero ¿merece la pena movilizar a centenares de miles de personas desde toda España para esto?

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