El pasado jueves 13 de Mayo estuvo en Cádiz el famoso teólogo José María Castillo. Vino, invitado por el Comité Oscar Romero de Cádiz a presentar su nuevo libro "La humanización de Dios".
Antes que nada debo decir que éste fue un acto para mí especialmente emotivo por partida doble.
Este libro me lo regalaron mi hija Mª Ángeles y su marido Faly en el mes de Diciembre pasado, recien puesto a la venta el libro, cuando yo estaba aún en el Hospital Puerta del Mar. Me lo llevaron allí con dedicatoria de ambos en la última página del libro y lo primero que pusieron fue esta nota: "Utilizamos esta página para que algún día el autor te firme la primera".
Y mira por dónde. me llevé el libro al acto. Llegué cuando estaba a punto de empezar la conferencia. Desde lejos (José María estaba en la mesa y yo al fondo de la sala) lo saludé y él que me vió, también a mí. Iba esperar a terminar el acto, pero José María hizo ademán de levantarse para saludarme.
Me acerqué. Le dí un gran abrazo y le comenté la historia de su libro que me regaló mi hija y su marido. Le dije que cuando tuviera un hueco, me lo firmara. Me dijo: "Ahora mismo". Y, aunque yo estaba un poco violento porque la gente ya esperaba que empezara el acto, él me hizo una dedicatoria especialmente afectuosa que le agradecí enormemente.
Decía que mi emoción era por partida doble. Por una parte por lo que he comentado ya. Por otra, porque yo a José María le tengo un especialísimo afecto y le valoro extraordinariamente como persona y como teólogo.
Es uno de los teólogos que creo más han influído en mi recorrido de la fe y en mi evolución cristiana. Tengo muchísimos libros de él. En mi comunidad empezamos todo el grupo reflexionando con sus libros "Cómo ser cristiano" y con su libro sobre "Los sacramentos". Son unos libritos muy sencillos, pensados para gente sencilla que empieza a querer plantearse su fe y sus conocimientos religiosos. Tiene dibujitos explicativos, en plan "comic" y cada capítulo termina con unas preguntas que se pueden trabajar en el grupo.
Además con José María he mantenido un contacto muy frecuente por Internet, me suele enviar sus artículos y procuro difundirlos lo más posible. Entro a diario en su blog
http://josemariacastillo.blogspot.com
y sus escritos me hacen un bien enorme. Él se quedó a dormir en una ocasión en mi casa de Loreto donde pudimos hablar con gran franqueza de muchas cosas.
Se que no soy el único. Sus seguidores se cuentan a miles y en Latinoamérica de modo muy especial, ya que ha sido profesor de la UCA en el Salvador. Por eso nuestros abrazos fueron, estoy seguro, de todo corazón, muy sinceros, llenos de afecto mutuo.
También con José María hemos participado en encuentros de Comunidades Cristianas Populares (uno de ellos en el Pantano de los Hurones) y la mayoría a nivel de Andalucía donde él participa no sólo como teólogo dando la charla, sino que participa como uno más en todas las actividades del Encuentro.
El acto lo presentó Pedro Castilla, haciendo una exposición del personaje que teníamos delante para los que no lo conocían tanto.
Y José María habló del libro con toda claridad, con la libertad que le da no estar sujeto a ninguna orden religiosa (tuvo que abandonar los jesuitas por las fortísimas presiones de la Iglesia) y también porque estaba en un lugar laico: La Asociación de la Prensa de Cádiz.
Insistió en que la Iglesia estaba estaba demasiado saturada de religión y muy poco impregnada de Evangelio y de las actitudes de Jesús de Nazareth. Como ha dicho recientemente en un artículo de su blog: "hipersacramentalizada".
Nos presentó a un Dios humano que reconocemos en Jesús de Nazareth que vino a ofrecer la liberación de los oprimidos, a los que nadie valoraba en su tiempo: publicanos, pecadores, prostitutas, lisiados y enfermos.
Un Jesús que rompe todas las normas religiosas del judaismo. Que cura en sábado, que habla con mujeres, que se deja tocar por mujeres, que no condena a las prostitutas, que vive con toda sencillez, que se enfrenta a los poderes religiosos y políticos de su tiempo..."y por eso lo mataron", como dice la canción. Una muerte terrible, no sólo por el sufrimiento que sufrió, sino porque la cruz era la forma de morir de los malditos de la sociedad judía. Muere como un maldito.
Habló mucho de las contradicciones de la Iglesia cuando se aferra al poder, al lujo, al prestigio...
Y terminó con un mensaje de esperanza: algo nuevo está surgiendo. A pesar de la Iglesia, hay miles y miles de personas: obispos, sacerdotes, religiosos y seglares que están dejando lo mejor de sí mismos allá donde nadie quiere estar: en los países más pobres y dando aliento a los más pobres.
Estoy terminando de leer el libro; porque lo estoy haciendo sin prisas. Os aseguro que, junto al libro de Pagola sobre Jesús, que va en la misma línea, es un libro que merece la pena leer despacio y me encanta su exposición tan documentada, tan cercana a ese Jesús histórico que tanto atrajo a miles y miles de personas en su tiempo y ha seguido atrayendo en tiempos posteriores hasta nuestra fecha.
No hay que decir que el salón estaba lleno y que al final del acto, se plantearon diversas preguntas al teólogo que fue respondiendo con su característica claridad y documentación.
Al terminar, José María fue firmando muchos de los libros que la gente había adquirido a la entrada del salón y algunos nos hicimos una foto con él para tener un recuerdo de una persona tan extraordinaria.
Cádiz, 15 de Mayo de 2010
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Fotos: Juan Cejudo, Pedro Castilla y anónimo
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