El pasado día 21 de Octubre el INE hizo público la Encuesta de Condiciones de vida (ECV) en España.En este informe se señala que la pobreza ha ido creciendo en nuestro país. Un 20,8% vive en España por debajo del umbral de la pobreza, es decir: más de 9 millones de españoles son pobres. Sus ingresos están un 60% por debajo de la media nacional. Son datos también aportados hoy en el I Foro Europeo de Empresas de Inserción que se celebra en la ciudad de Salamanca.
Estos datos son especialmente alarmantes en Andalucía. El porcentaje sube hasta un 29,3%. Son los últimos datos oficiales que tenemos. Los más recientes.
Detrás de estos datos, hay muchos rostros humanos: de niños, de mujeres, de hombres, de ancianos y ancianas...
Personas que luchan por subsistir, que no tienen para pagar ni la hipoteca, ni la comunidad, ni la luz y el agua, ni el teléfono y que para poder comer todos los días necesitan la ayuda de la familia ( si pueden), de los servicios sociales o de ONGS de ayuda humanitaria, sean civiles o religiosas.
El Secretario general de Cáritas, Sebastián Mora presentó hace pocos días el informe anual de esta entidad.
Aporta unos datos escalofriantes: las ayudas aportadas se han duplicado en dos años. Si en 2007 fueron de 400000, en 2009 han sido de 800000.
Y lo peor: las previsiones para 2010 son más bien pesimistas porque de los recursos de la entidad, el 60% son de donaciones particulares y el 30% de organismos públicos. Y este ultimo aporte, con la reducción presupuestaria prevista, se verá disminuido sensiblemente.
Hay algo de todo ésto que especialmente me indigna y que no comprendo.
Las administraciones públicas: ayuntamientos, diputaciones provinciales, comunidades autónomas, el Estado, son los que están obligados a dar solución a estos problemas. No las ONGS. Pero, en gran parte, los derivan hacia ellas, como Cáritas y otras para que solucionen el problema.
Lo ha corroborado el secretario general de Cáritas Sebastián Mora: el 58% de los casos atendidos por ellos han sido derivados desde los ayuntamientos.
Con lo cual se "quitan el problema de encima". Si lo hacen porque no tienen fondos, los ciudadanos deberíamos presionar a nuestros políticos para que aumenten las cantidades dedicadas al gasto social, más ahora en estos tiempos de crisis y que los reduzcan de otras partidas como los gastos en publicidad que suelen tener quienes gobiernan las distintas administraciones y que les produce un rédito electoral importante y de otra serie de gastos innecesarios.
En tiempos de crisis todos debiéramos de "cambiarnos el chip". Los políticos destinando mayores cantidades a atender a sus ciudadanos que peor lo están pasando y que no tienen ni para comer y los ciudadanos en general, sensibilizándonos más ante este tipo de problemas que a tanta gente les afecta. No podemos todos hacernos el sueco y "pasar" de todo.
Es de valorar en el informe de Cáritas, que hayan aumentado también las aportaciones económicas y el número de socios y voluntarios.
A grandes males, grandes remedios.
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