El teólogo granadino José María Castillo ha escrito ayer un artículo que no tiene desperdicio titulado "Los viajes del papa y los viajes de Jesús". Podéis leerlo en:
Castillo nos dice que a Jesús, en sus viajes, le seguían los “óchlos”, es decir, los que no son nada, gente humilde, ignorante, "maldita" porque no sabían de cosas religiosas. Jesús viaja para consolar a los que sufren.
Benedicto viene como un Jefe de Estado ( será recibido por los Reyes, el Príncipe, el presidente del Gobierno y hasta el Jefe de la oposición). Tendrá el apoyo económico de las grandes empresas del Ibex 35 que cotizan en bolsa...
Se meterá en política para atacar las leyes del gobierno...
Dice Castillo:
"¿por que el Papa no se va, de momento al menos, a Somalia y Kenia, y se queda allí, en los campos de refugiados, hasta que no se le ponga un remedio eficaz a esta situación de tantos seres inocentes que se debaten entre la vida y la muerte?"
Es seguro que un signo tan fuerte, sería un auténtico aldabonazo para la conciencia mundial. Si además tuviera la valentía de vender algunas de sus muchas propiedades para ayudar a los que mueren llevando medicinas y alimentos, su signo tendría aún mayor fuerza.
Por supuesto eso sí que sería una visita evangélica, al estilo de Jesús y no la que se prepara con tanto despilfarro de medios y tan apegada al poder económico y político que hace desvirtuar por completo el estilo de aquel Jesús del Evangelio al que debería de imitar.
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