viernes, 18 de noviembre de 2011

OBISPOS INQUISIDORES. Juan Cejudo











Al teólogo Juan José Tamayo los obispos Rouco en Madrid y Sistach en Barcelona, les han prohibido dar conferencias en locales de la Iglesia.


Lo intentó Rouco primero en la Parroquia de San Carlos Borromeo para que Tamayo no impartiera un curso sobre Teología de la Liberación. Más tarde, en Villaverde Alto, los organizadores tuvieron que buscar otro local, el de una biblioteca pública, para que el teólogo pudiera impartir la conferencia prevista en la parroquia, que fue vetada en las últimas horas por decisión arzobispal.


Ahora, en Barcelona, ha vuelto a pasar lo mismo, Tamayo tuvo que dar su conferencia presentando su nuevo libro:"Otra teología es posible" en un local cercano a la parroquia, ya que una llamada telefónica del cardenal prohibía que se diera en la iglesia.


También el obispo de Bilbao Monseñor Iceta prohibió a Torres Queiruga que pudiera dar una conferencia en el Instituto de Teología y Pastoral de Bilbao con el gran malestar social que esa decisión ha provocado en toda la diócesis. Y es que Torres Queiruga es para los obispos otro de los teólogos "malditos" que no puede hablar en un local de la iglesia.


Todos estos actos inquisitoriales, tan poco tolerantes, tan poco cristianos, diría yo, por parte de nuestros obispos, indican lo que hay: un fundamentalismo tremendo de nuestros jerarcas que sólo permiten "el pensamiento único", la doctrina tridentina, la teología tradicional anclada en formulaciones medievales.


Tamayo lo ha dicho muy claro: "Esto es resultado de la bunkerización e integrismo de la cúpula de la jerarquía eclesiástica española, que hacen piña a la hora de impedir el pensamiento teológico libre y progresista", "los obispos están rendidos a los pies de Rouco Varela" y "su poder va más allá de cualquier límite eclesiástico". "No hay más teología que la dogmática, la que mira al pasado. Insisten en responder las preguntas actuales con respuestas del pasado". "Tienen que cambiar de paradigma, pero les gusta mucho la teología perenne".


Esta jerarquía nuestra, tan desfasada, tan desprestigiada, como queda constancia en todas las encuestas que se hace sobre valoración de diversas entidades españolas, sigue echando leña al fuego para seguir aumentando, cada vez más, el abismo que existe entre la Iglesia y el hombre de hoy.


Se saben fuertes porque Benedicto XVI, con su pontificado tan tradicional, los apoya. Preferirán mil veces entenderse antes con los heréticos lefebvrianos que con los católicos de línea abierta o progresista. Hablarán de fomentar el diálogo entre las distintas religiones, pero eso sí, jamás podrán abrir la mano para entenderse con grupos y colectivos cristianos aperturistas a quienes ignoran y niegan el pan y la sal, mientras se arropan en colectivos católicos ultraconservadores.


Pues sigan así, señores obispos, Sr. Rouco. Su actitud me parece suicida, prepotente e inquisitorial. Ya sé que hay colectivos católicos y artículistas más integristas que Uds. que les jalean y les aplauden. A veces hasta les influyen en la decisiones que Uds. toman.


Pero eso no impide poder comprobar que esa actitud vuestra tiene también muy poco de tolerante, dialogante y de cristiana.



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