Hoy ha empezado el juicio contra el juez Baltasar Garzón.
El juez que luchó contra el narcotráfico, contra el terrorismo de Eta, el que investigó a fondo las corrupciones del caso "Gurtel" y las desapariciones del franquismo, el que condenó las dictaduras latinoamericanas en Chile y Argentina, el que destapó las corrupciones de Jesús Gil, antigüo alcalde de Marbella...se sienta hoy en el banquillo acusado por grupos ultraderechistas de Manos Limpias y Falange Española, con el visto bueno del Tribunal Supremo.
Un tribunal que, como dice Eduardo Galeano, 10 de sus 15 miembros juraron fidelidad al régimen franquista.
Mucho se ha escrito sobre este asunto en la prensa española e internacional. Muchas movilizaciones en apoyo al juez han tenido lugar en España, la más numerosa, la que tuvo lugar en Madrid con asistencia de más de 100000 manifestantes y con el apoyo de numerosas personalidades del mundo de la política, el cine, la música, sindicatos, intelectuales y de la propia judicatura.
Baste, tan sólo como muestra, estas declaraciones de algunos de ellos:
La Asociación Internacional de Derechos humanos:_
"Ahora, la justicia misma se ha convertido en una víctima en España. El juez Garzón ha luchado por hacer justicia para las víctimas de graves atrocidades cometidas en el extranjero y ahora está siendo castigado por intentar hacer lo mismo en su propio país... Los verdaderos crímenes aquí son las desapariciones forzadas y los asesinatos, no el intento del juez Garzón de investigarlos"
José Antonio Martín Pallín, magistrado del Tribunal Supremo, declaró que estaba muy triste y muy preocupado por el crédito democrático de España:
"La suspensión de Garzón es la crónica de una ignominia anunciada. El juicio oral a Garzón va a ser un espectáculo internacional bochornoso. Lo más clamoroso de este proceso ha sido el absoluto desprecio a los dictámenes del Ministerio Fiscal y el cerrarse de una forma tan irracional al derecho internacional que rige en España".
Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal Anticorrupción señaló:
"Este es un golpe similar al del 23-F. 35 años después de la muerte del dictador, la extrema derecha ha conquistado una victoria que ha sido posible por un Tribunal Supremo sensible a esa persecución y un Consejo General del Poder Judicial cómplice."
A nivel internacional no se podrá entender que el juez que investigó las dictaduras latinoamericanas se siente hoy en el banquillo por pretender investigar los crímenes del franquismo.
Un juicio que como ha dicho hoy mismo Gaspar Llamazares "es un verdadero linchamiento político y corporativo, un esperpento nacional y un escándalo internacional"
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