El despido será ahora procedente si las caídas de ventas se confirman en tres trimestres. Los despidos improcedentes pasan a ser de 33 días y no de 45. Y el periodo máximo de indemnización será de 24 meses en vez de los 42 actuales. Aunque en la práctica, la inmensa mayoría de los despidos serán de 20 días por año trabajado, como han declarado los sindicatos.
Los contratos indefinidos, para empresas de menos de 50 trabajadores, tendrán un período de prueba de 1 año y podrán ser despedidos sin ninguna indemnización. Por lo que , en la práctica, se va a fomentar la rotación contínua y los despidos saldrán gratis.
Además los parados, inscritos en la oficina de empleo que cobren la prestación, tendrán que aceptar realizar trabajos de voluntarios, si no, serán dados de baja en la lista. Tendrán por tanto que hacer, como los reos, trabajos obligatorios.
Los empresarios se podrán descolgar de los convenios sectoriales.
Los empresarios podrán modificar a su criterio los horarios de trabajo, la jornada laboral y los sistemas de rendimiento. Y los trabajadores serán presionados por las mutuas patronales para dejar de estar enfermos o incapacitados. Las ETT serán equiparadas a las agencias públicas de empleo.
Como han dicho las centrales sindicales, esta reforma es un verdadero atropello al derecho de información y consulta, ya que ha sido un verdadero "decretazo", sin consulta previa a los agentes sociales.
Como han dicho las centrales sindicales, esta reforma es un verdadero atropello al derecho de información y consulta, ya que ha sido un verdadero "decretazo", sin consulta previa a los agentes sociales.
Y, como era lógico, la reforma viene a dar la razón a la parte empresarial y a los "supervisores europeos", especialmente a la Sra. Merkel, con la excusa de que va a facilitar la creación de empleo.
No sólo no lo va a facilitar, sino que pronto veremos cómo, con esta reforma, España se acerca al peligrosísimo número de los 6 millones de parados.
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