Vivo con dolor e impotencia lo que está sufriendo el pueblo sirio. Una represión feroz de un régimen contra la oposición de un pueblo harto de dictadores.
Son ya más de 7500 las personas muertas y miles los que han tenido que huir del país.
La solución no es fácil porque la intervención de la comunidad internacional como ha ocurrido en otros países (Libia) tampoco hubiera ayudado en nada a la solución del conflicto. Por eso varios países importantes (Rusia, China...) se opusieron a la intervención. Y no intervenir supone contemplar impotente cómo el régimen sirio de Bachar el Asad machaca a quienes intentan oponerse a él.
Es trágica la situación en Homs y en el barrio de Bab Amro donde a la Cruz Roja no se le autoriza la entrada de 7 camiones para suministrar medicinas, víveres y ropa a la población despavorida por los bombardeos y los tanques del ejército sirio.
Sería de desear una solución pacífica al conflicto que evite el gran sufrimiento de la población civil: ancianos, mujeres, niños, enfermos...
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