En plena crisis social como la que estamos viviendo, y con medidas traumáticas para centenares de miles de familias españolas en los derechos laborales, sanitarios, educativos y de atención social y que son víctimas de unas medidas antisociales promovidas desde el poder político, los obispos se despachan con un amplísimo documento titulado "La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar".
El documento fue aprobado en la última Asamblea general del episcopado. Tiene 145 párrafos y tan sólo en el 137 se hace una breve alusión a la necesidad de políticas familiares pensando en quienes tienen todos sus miembros en paro, en los jóvenes y en los inmigrantes.
Son exactamente 7 líneas, que pasan desapercibidas casi al final del documento, que viene a corroborar una vez más, la posición tradicional de los obispos en temas como el aborto, matrimonio homosexual, ideología de género etc...
No pretendo desentrañar aquí ni analizar punto por punto el documento episcopal. Esa labor la harán los analistas y teólogos en los próximos días.
Sólo quiero destacar mi indignación y sorpresa porque, los obispos, que han estado muy callados desde que en enero salió elegido el nuevo gobierno, no han dicho ni una palabra crítica contra tantísimas medidas antisociales como las que nos están imponiendo y que están destrozando a las familias españolas. Esas familias por las que ellos dicen estar tan preocupados.
¿No hay nada que decir sobre los recortes brutales en sanidad y educación? ¿Nada sobre la cantidad de desahucios de familias que tienen que vivir en la calle por no poder pagar una hipoteca?¡Cómo van a decir algo, si fue el propio arzobispo de Madrid quien avisó a la policía para desalojar de la catedral de la Almudena a un pequeño grupo de familias desesperadas que se habían encerrado allí confiando en que serían bien acogidos por la Iglesia!
¿No hay nada que decir sobre los problemas que están apareciendo con el sistema financiero español que está dejando en la ruina a miles y miles de familias atrapadas por participaciones preferentes que les hicieron firmar abusando de su ignorancia? ¿Tampoco hay nada que decir sobre el abuso de las cantidades millonarias que reciben en sueldos e indemnizaciones los consejeros y directivos de las entidades bancarias, incluso las rescatadas con dinero público?
¿Tampoco sobre el pago farmacéutico que tienen que afrontar ahora los pensionistas y que, junto a unas subidas de precios generalizados, les deja sin poder llegar a fin de mes?
¿Qué decir de unas medidas gubernamentales que preven dejar este año un aumento de 650000 nuevos parados?
Es triste que los obispos no digan nada de todas estas situaciones que están machacando a las familias españolas y saquen un documento teórico y enrocado en sus clásicas posiciones, sin aterrizar en los problemas concretos que están viviendo las familias españolas.
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