Gabriel con su familia (Foto de Atrio) |
Acabo de llegar a casa y he encontrado en mi correo la noticia del
fallecimiento de mi entrañable amigo Gabriel, diácono casado de
Montevideo. Me lo confirman desde la Comunidad Cristiana de Base "San Felipe" de Montevideo y me dicen que falleció a las 7,30 horas (las 12,30 de la tarde hora española de hoy). También Antonio Duato, director de "Atrio" me confirma su fallecimiento, por notificación de su hija Rosario.
Con Gabriel he tenido durante muchos años un contacto, casi, casi, a
diario por Internet. Hemos llegado a ser, en la distancia, como
hermanos, aunque no nos conocíamos personalmente. Sólo por fotos.
Juntos, hemos compartido inquietudes sociales y eclesiales. Él ha
sido el alma de lo que llamamos La Red Mundial de Comunidades Eclesiales
de Base, compartiendo inquietudes, aspiraciones, tristezas y alegrías
de pueblos , colectivos y personas de muchos puntos del planeta,
especialmente desde América Latina y Europa.
Para mí él ha sido un fiel seguidor de Jesús de Nazaret en quien
tantos creemos. Tenía un corazón enorme. Sufría con todos los pueblos y
personas sometidos a la injusticia y se desvivía por pasar información
sobre sus situaciones, denunciándolas con vehemencia.
Clamaba por una Iglesia más evangélica, más cercana a lo que Jesús nos enseñó con sus gestos, su palabra y su vida.
Gabriel ha sido un colaborador habitual en Redes Cristianas, donde se
publicaba muchos de los artículos que cada semana enviaba ( muchas
veces, cerca de 50 a la semana. Casi nunca, menos de 20). Algunos de
ellos eran sobre informaciones varias de las distintas comunidades y
otras, artículos suyos que él solía escribir de su puño y letra.
Siempre, el ansia por la justicia social, por un orden económico internacional más justo, por una Iglesia servidora de los más pobres y de los excluidos.
Antes de morir me envío, a través de los compañeros de la Comunidad de
S. Felipe, un recado personal para mí: "no abandones la Red de
Comunidades". Quiero ser fiel a ese recado de Gabriel y veremos cómo
podemos cubrir su gran pérdida.
Desde aquí mi convencimiento de que Gabriel está junto al Padre como servidor bueno y fiel.
Todos deberíamos aprender de su ejemplo.
Desde aquí también, mi más sincera condolencia a su esposa e
hijas. También a su Comunidad de Base Hijos de la Luz y a todos sus
amigos, que eran tantos, en tantas partes del Mundo.
Gabriel ya ha pasado a vivir una vida más plena.
Pues de verdad que lo siento y comparto todo lo que dices. Me uno a tus deseos y plegarias y te ruego, si tienes ocasión, tambien trasmitas mis condolencias a la familia. "Luisito", me llamaba cada vez que reenviaba artículos mios. Descanse en Paz.
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