Redes Cristianas lo forman más de 150 colectivos cristianos de todas las comunidades autónomas de España. Tiene una importante página web: www.redescristianas.net que diariamente se actualiza con informaciones diversas. Una parte importante de la web son sus editoriales, que, con carácter más o menos quincenal, suelen marcar la orientación general y tomas de postura del colectivo ante los diversos acontecimientos eclesiales y socio-políticos de la actualidad.
Ha aparecido recientemente el último editorial que trata sobre el 15M. No es muy largo y creo que merece la pena que lo conozcáis y, si estáis de acuerdo, lo difundáis en vuestros entornos. Aquí os lo dejo.
Un cordial saludo: Juan
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Se va a cumplir año y medio desde que estalló el movimiento social más pujante, imaginativo y esperanzador de la reciente historia de España. Primero fue una ola de indignación ante el modelo político y económico que había llevado a la crisis: “no somos mercancías en manos de políticos y banqueros”, se leía en la convocatoria del 15 de mayo.
Una semana después, con motivo de las elecciones locales del 22 de mayo, se hizo patente el escepticismo ante la clase política (“nuestros sueños no caben en vuestras urnas”) y se fue consolidando también el rechazo de un capitalismo rampante, capaz de provocar extorsión económica y exclusión de amplios sectores de la sociedad, en especial de la juventud: “no falta dinero, sobran ladrones”.
El movimiento se extendió con rapidez por toda España y también por otros países, provocando acampadas, asambleas, comisiones de trabajo y movilizaciones masivas con dos mensajes básicos: activar la democracia, mediante la participación directa de la ciudadanía, y poner la economía al servicio de la población respetando el medio ambiente.
En las asambleas de barrios y pueblos, y en las redes sociales que les sirven de apoyo, han confluido todo tipo de personas, mayores y jóvenes, con o sin etiquetas, empeñadas en buscar una salida de la crisis mediante nuevas formas de vida construidas desde el pensamiento y la práctica colectiva. Aprender desde la acción, apoyando a las familias desahuciadas, defendiendo los bienes comunes que se quieren privatizar, denunciando en la calle los rescates bancarios y las políticas antisociales del gobierno, etc.
El 15-M es un chorro de aire fresco que anuncia quizás un cambio de época. Pero sólo será posible si le damos continuidad y logra articularse como fuerza social efectiva, con capacidad de formular propuestas a todos los niveles sin perder su horizontalidad y su radical sentido de la justicia y la solidaridad. Tenemos que cuidarlo y seguir participando en las asambleas de barrio y demás convocatorias para que esta incipiente primavera no se nos marchite.
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