La convocatoria era a nivel nacional en los seis astilleros de Navantia. El objetivo, el mismo: pedir carga de trabajo.
La situación en la Bahía es desesperada. No hay carga de trabajo y se teme lo peor: que pretendan desmantelar lo poco que queda ya de la construcción naval en la Bahía.
En San Fernando habían organizado una marcha y también en Puerto Real, donde la gente se volcó con los manifestantes y la asistencia fue masiva: se calcula en unas 15.000 personas las que reclamaron al Gobierno del PP solución urgente para los astilleros.
En Cádiz, unas 500 ó 600 personas nos concentramos a la entrada del astillero gaditano, en la carretera industrial, para seguir hasta la Plaza de S. Juan de Dios. Los manifestantes, además de su pancarta llevaban una cruz de guía, preludio de la próxima Semana Santa, para recordar a todos que los trabajadores de los Astilleros están muriendo por falta de trabajo. Ésta sí es una muerte real del Jesús viviente aquí y ahora. La frase escrita sobre la cruz lo decía todo: "Obrero parado, obrero crucificado".
A diferencia que en Puerto Real, donde todo el pueblo se volcó con su Astillero, se echó en falta un apoyo ciudadano mucho mayor. Allí sí estaba el colectivo de parados de Cádiz, tan luchador, tan solidario, tan presente en muchas de las luchas y reivindicaciones de los gaditanos y de otras localidades también.
El problema no es de Navantia, es de todo Cádiz. Todo Cádiz sale perjudicado si el astillero muere.
Una pasividad de la ciudadanía que empieza a ser más que preocupante. Sólo la movilización ciudadana y la lucha en la calle, conseguirá sacudir la apatía de quienes nos gobiernan porque pueden perder muchos votos. Por lo visto, es lo único que a ellos les interesa.
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Fotos: Juan Cejudo
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