miércoles, 5 de febrero de 2014
AYER ESTUVE SALUDANDO A LOS COMPAÑEROS DE DELPHI EN SU ENCIERRO. Juan Cejudo
No había podido hacerlo antes por motivos familiares ineludibles y ayer pude acercarme un rato a saludarlos y a interesarme por su situación.
Llevan encerrados ya diez días para presionar a las autoridades por su situación laboral enconada desde hace muchos años. Exigen, con todo derecho, el cumplimiento de los acuerdos pactados con la Junta. Pero la Junta ahora los ha dejado tirados, sin cumplir sus compromisos.
Exigen también una mayor implicación de los sindicatos andaluces en su máximo nivel. Para eso se encierran: para pedir que se les escuche. Se están organizando en turnos de 15-20 personas para que siempre haya allí un grupo encerrado de forma permanente, aunque rotatoria.
Ayer tenían una asamblea de tipo organizativo con asistencia de unas 150 personas, aunque el colectivo afectado ronda los 600.
Hay famillias que están en una situación límite, dependiendo de las ayudas de otros compañeros. No pocos, tienen problemas de desahucios por la imposibilidad de poder afrontar los pagos de la hipoteca del piso que compraron en los tiempos en que el trabajo iba bien. Sé que han recogido alimentos en varias ocasiones para los más necesitados.
Es una situación límite que necesita con urgencia una solución por parte de quienes, en tiempos de elecciones, se comprometieron con ellos. "Pacta sunt servanda", que decían los latinos: "Los pactos están para cumplirlos".
Este colectivo de Delphi está luchando por lo que en derecho les corresponde. Merecen el apoyo de toda la ciudadanía.
Los numerosos carteles y pancartas que tienen colocados en la puerta de los sindicatos y dentro en la entrada, son de por sí bastante significativos del nivel de desencanto con las instituciones que ellos tienen y muestran también su grado de desesperación, por la situación que vienen padeciendo desde hace ya mucho tiempo. Ellos hablan por sí sólos. Leedlos...
El primer día de encierro, un "sindicalista" exigió los DNI's de los que encabezaban, según él, el encierro que comenzó a gestarse en la casapuerta del edificio.
ResponderEliminarAl negarse las personas allí congregadas, dicho "sindicalista" se fue escaleras arriba.
Minutos después se personaba la policía a identificar a los responsables, por lo que todos los allí presentes entregaron los carnets.
¿Quién llamó a la policía?, como suele decirse: blanco y en botella... leche