Ayer asistí a la asamblea que se celebró en los locales de los sindicatos para comentar y valorar provisionalmente los resultados de las marchas a Madrid del 22M.
Aunque aún faltaban muchos gaditanos que aún seguían en Madrid, se hizo una primera valoración, muy, muy positiva, de las marchas. La columna de Cádiz fue muy numerosa. También la andaluza.
Los compañeros y compañeras que hablaron valoraron mucho, no sólo la multitudinaria y masiva manifestación de Madrid, que algunos han calculado en 2.000.000 de personas, en todo caso, muy superior a 1.000.000, sino también las marchas por los distintos pueblos, donde recibieron el apoyo, la acogida y la emoción de sus habitantes.
Sólo ellos han vivido esa experiencia única, inenarrable que difícilmente podrán olvidar en su vida. Experiencia algo ensombrecida al final por los disturbios que se produjeron y cuyo origen habrá que investigar para saber si respondió o no a provocadores infiltrados para intentar desprestigiar una muy exitosa marcha de la dignidad donde confluyeron colectivos y personas muy diversas, sin tener el apoyo de lo que se ha considerado hasta ahora fuerzas representativas y mayoritarias de nuestra sociedad: PP,PSOE,CCOO;UGT....
Ha quedado claro que algo está cambiando en este país harto de recortes, de abusos de los poderosos de burocracia a todos los niveles y de corrupción. Una inmensa marea de ciudadanos indignados de toda España se han dado cita en Madrid para decir "Basta".
Ha habido un saldo económico positivo que, cuando se tenga una nueva asamblea con todos en la próxima semana, se decidirá en qué emplear.
Se aprobó allí secundar los acuerdos de la asamblea de Madrid para pedir la libertad de los detenidos con concentraciones frente a las subdelegaciones del gobierno. De hecho, desde allí se marchó hasta la subdelegación donde se desplegaron unas pancartas reivindicando la libertad de los detenidos. Allí mismo se recibió comunicación que los detenidos, todos, menos uno, habían quedado en libertad, por lo que se desconvocaron las próximas concentraciones.
Terminó el acto con un grito de "Sí se puede! ¡Sí se puede!" victorioso.
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