El sábado pasado nos vimos un buen grupo de compañeros de estudios de San Bartolomé. Algunos con sus esposas o hija. En total, 20 nos vimos en Roche en la casa de un buen amigo.
Saludos cordiales al llegar y encontrarnos. No es la primera vez, pues venimos haciendo estos encuentros- que empezaron de modo virtual por el blog- desde el año 2.007. Yo a dos compañeros hacía cerca de 40 años que no los veía. A otros ya los había visto en anteriores kedadas. Mucha alegría y desbordante camaradería entre todos en un clima de cordialidad y buen rollo.
Cada uno llevaba algo de comer o beber al encuentro, aunque nuestro amigo anfitrión tenía preparada una paella que hizo allí mismo con la ayuda, lógicamente de algunos otros compañeros.
Tiempo de esparcimiento, de buen humor...Un compañero hizo una disertación cómica sobre un suceso que le pasó en una excursión y nos reímos a placer. Hubo mucho tiempo también para recordar las viejas canciones que cantábamos allá por los años 60 y también para otras canciones populares más actuales. También canciones de rondalla conocidas por todos. Otro compañero y yo éramos los guitarristas, mientras el coro cantaba.
Hubo brindis por los presentes, por otros compañeros ausentes que no pudieron estar y por los que se fueron. Y entre tapeo y tapeo, tiempo para la tertulia, los recuerdos, los cantos y el buen humor. Tiempo para el cafelito por la tarde, los dulces y alguna copita.
De éso se trataba: de estar a gusto quienes durante años hemos convivido muchos años juntos. Y había de todas las edades: los más mayores y también otros más jóvenes. Sin olvidar el grupo de mujeres que nos acompañaron.
Son experiencias sencillas. Sin más pretensiones que el de pasar un día a gusto en sana camaradería y buen humor.
Es bueno, cada cierto tiempo, seguir fomentando estos encuentros entre compañeros y que otros muchos puedan unirse en próximas kedadas.
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