He venido gozando con la forma como el ministro de economía griego yTsipras han venido negociando con toda dignidad con los poderes fácticos económicos europeos e internacionales: BCE, FMI, U.E. Me he sentido orgulloso de ellos. He sentido envidia sana por no tener unos dirigentes aquí en España como ellos. Han luchado lo indecible, soportando todo tipo de presiones y resistiéndose a aceptar unas condiciones leoninas que perjudicaban a los sectores populares griegos.
Pretendían recortes y más recortes, incluso la eliminación de las pensiones más bajas, con tal de que los bancos alemanes, franceses, españoles e italianos pudieran cobrar sus préstamos. No aceptaban la propuestas griegas de gravar más a las grandes empresas y los grandes capitales, pero no a las clases populares asfixiadas ya por tantos años de recortes, precisamente por seguir las recomendaciones de la Troika. Algo de éso saben en Latinoamérica, donde los países hoy emergentes también se apartaron de las directrices que le quisieron dar desde el FMI.
No aceptaban hacer una reestructuración de la deuda-una deuda impagable de más de 300.000 millones de euros-con la propuesta del gobierno griego de hacer un quita de un 30% y un pago a 20 años. Y Tsipras decidió hacer un referéndum ante el ultimátum que le impusieron en Bruselas.
Era creer en la democracia. Dejar que el pueblo soberano decidiera lo que había que hacer. Y lanzó un referéndum. Y lo ganó.
Hoy el pueblo ha hablado: Ha dicho con claridad que no quiere aceptar las imposiciones de la Troika y que está con su gobierno. Más de un 61% le ha apoyado. Con un porcentaje de votantes de un 60%.
El pueblo ha salido a las calles y plazas a celebrarlo y en muchos puntos de Europa y del Mundo también lo hemos celebrado de una o de otra manera. Es el referéndum de la dignidad.
Ya hubiéramos querido muchos aquí en España que nos hubiera consultado el presidente Zapatero antes de aquel cambio constitucional que daba preferencia al pago de la deuda con los acreedores (bancos europeos) antes que no permitir recortes en educación, sanidad, políticas sociales etc...No se nos consultó.
Por éso decía antes que me da sana envidia no poder tener aquí en España un presidente como Tsipras, que cree en el pueblo, da la palabra al pueblo y cree de verdad en la democracia.
Me alegro enormemente por el resultado de hoy, aunque el camino que queda por delante no sea nada fácil. Pero si Europa no ayuda a Grecia ¿La obligará a buscar apoyo fuera de Europa: Rusia, China....? Veremos....
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