lunes, 16 de noviembre de 2015

NO A UNA ESPIRAL DE VIOLENCIA. Juan Cejudo



Aún conservo aquel librito que escribió el famoso arzobispo "rojo" Helder Cámara que lleva por título "Espiral de violencia".

A raíz de los atentados de París y la respuesta inmediata de Fracia y EEUU bombardeando posiciones yihadistas en Siria, no he podido menos que acordarme de aquel librito que he vuelto a releer.

"La violencia atrae violencia", dice Hélder Cámara. Dice que "existe una violencia institucionalizada que provoca las injusticias, las humillaciones, las represiones. Una situación donde millones de seres humanos viven sin esperanza, sin futuro. Es lo que él llama la violencia nº 1. Esta primera violencia atrae, dice, a la violencia nº 2: la revolución o de los oprimidos o de la juventud decidida a luchar por un mundo más justo y más humano".

Evidentemente, la situación política de aquellos años en que escribe Helder Cámara el librito no es la misma de hoy. Pero el fondo de la cuestión sí que es el mismo. El poder establecido contestará a esa violencia segunda con más violencia. Posiblemente, los terroristas, hoy los yihadistas, puedan volver a contestar con más violencia, como ya han amenazado: en Washington o en Londres o en Madrid o en Roma o en....¿Es éste el camino?

Como han dicho ya no pocos políticos e intelectuales en España y en otros muchos países, no es la violencia y el recorte de derechos el camino para solucionar los conflictos. Hay que ir al fondo de la cuestión. Centenares de miles de muertos en Palestina, en Siria, en Irak, en Libia.. millones de desplazados que se han quedado sin nada, caminan a la deriva  por Europa, huyendo de los conflictos bélicos y encontrando por el camino sólo muros y vallas que les impide llegar a su pretendido destino.

Hace falta más política y menos misiles, bombardeos y soluciones armamentísticas.

Desde aquí toda mi solidaridad con todos los inocentes fallecidos en París, también con los asesinados y heridos en Beirut, por los muertos violentos en Palestina, en Siria, en Libia, en Nigeria, en Kenia y en tantos y tantos sitios... No, a  la violencia. No a la espiral de violencia. No a esos atentados terroristas monstruosos y sin sentido.

El camino para encontrar la paz, sólo puede estar en trabajar por la justicia, por la eliminación de todas las desigualdades entre países. No puede ser que un 1% tenga tanto como el 99% restante de la humanidad. No a las desigualdades injustas que provocan la desesperación de millones de seres humanos que toman erróneamente el camino de la violencia. 

No a la respuesta violenta de los países que ahora, como el francés, se sienten tan fuertemente sacudidos por esos terribles atentados  en el que han muerto muchísimos inocentes y responde con el bombardeo. Además tenemos el peligro de pretender rechazar ahora a todos los refugiados que intentan llegar a Europa viéndolos a todos como posibles terroristas y así podemos estigmatizarlos.

También puede existir el peligro de recortar derechos ciudadanos fundamentales que hemos conseguido con esfuerzo durante muchos años.

También tenemos el peligro de confundir los temas políticos con los temas religiosos. La inmensa mayoría de musulmanes, como enseña el Islam, son pacíficos. No son terroristas. Como la inmensa mayoría de cristianos no somos violentos. No debemos confundir ni estigmatizar.

Dice Hélder Cámara: "La conclusión es evidente: hay una amenaza real de que el mundo entre en una escalada de violencia, de que caiga en una espiral de violencia".

Entre todos-y aquí los ciudadanos tenemos mucho que decir con nuestros pronunciamientos públicos- debemos trabajar para que éso no suceda. 

Que trabajemos por la justicia que es el mejor camino para conseguir la paz.

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