domingo, 20 de marzo de 2016
REFLEXIÓN SOBRE EL DOMINGO DE RAMOS. Juan Cejudo
Vaya por delante mi respeto a quienes les gustan las procesiones. Pero me pregunto si no nos estaremos quedando con los aspectos folklóricos y turísticos de la Semana Santa y hemos olvidado su verdadero significado.
Hoy Domingo de Ramos, mucha gente va a ver la procesión de la borriquita con sus ramos de olivos, la asistencia de muchos niños y la ilusión de mucha gente por ver los pasos.
Pero ¿Nos detenemos a pensar lo que realmente celebramos este día?
El mensaje central lo tenemos en el evangelio de hoy.
Jesús es detenido y es detenido por los responsables religiosos de su tiempo. Era una persona molesta para ellos. Las acusaciones:
«Hemos comprobado que éste anda amotinando a nuestra nación, y oponiéndose a que se paguen tributos al César, y diciendo que él es el Mesías rey.»
"Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde Galilea hasta aquí"
Es decir, lo detienen por político, porque está "amotinando a la nación" y "solivianta al pueblo". Las más duras acusaciones de Jesús habían sido contra los líderes religiosos. Son éstos los que van a detenerlo y entregarlo al poder político para que lo juzguen y condenen. Para ellos Jesús es una persona peligrosa. Hay que eliminarlo.
Entonces, como hoy, todo el que intente tener una postura crítica contra el sistema religioso o político, es una persona peligrosa que hay que aislar, silenciar o abatir.
Ahí está recientemente el caso de Bertha Cáceres en Honduras, una líder indígena asesinada por luchar por los derechos del pueblo.
Jesús era una persona libre y denunció las injusticias y las hipocresías de aquellos guardianes del Templo y las leyes judías antihumanas e insolidarias.
Por éso lo mataron. Igual entonces que hoy. También en nuestros ambientes de activismo social vemos cómo las personas que luchan por sus derechos y los de los demás son represaliados, detenidos y condenados. Ahí están los detenidos por hacer una huelga, por luchar contra los desahucios, por movilizar a la gente en defensa de sus derechos....
Jesús sigue estando detenido, juzgado y ajusticiado en todos los que están sufriendo de mil maneras: esos refugiados sirios-mujeres, ancianos, niños, enfermos- y de otros países que van de un lado a otro, con lluvia, hielo, fango, frío, caminando en busca de su supervivencia mientras en la católica Europa se les cierran las puertas y se les expulsa hacia Turquía para que no molesten....
Ésta es la nueva pasión de Jesús en el siglo XXI.
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