Francisco lo ha dicho muy claro: No hay que identificar al Islam con la violencia. Algo que muchos lo tenemos claro. Las religiones no buscan la violencia, defienden la paz y la justicia. Quienes matan en nombre de su Dios, no son verdaderos creyentes, sino fanáticos.
Aunque como él ha dicho con ese gran sentido común que tiene: en todos sitios hay de todo, como una macedonia. Pero son grupos muy minoritarios comparados con las grandes masas que profesan el cristianismo o el Islam.
Reconoce que en el catolicismo también ha habido y hay grupos violentos, aunque muy minoritarios. Católicos bautizados que matan a su novia, a su pareja...Pero no por eso se puede hablar de "violencia católica", como no se puede hablar de violencia islamista porque hayas grupos fundamentalistas que interpretando mal su religión recurran a la violencia.
Esta reflexión de Francisco tan llena de sentido común y de realismo, no es igualmente aceptada por muchas personas que, en situaciones de violencia como las que últimamente se están dando, tienden a generalizar hacia todos los que profesan una determinada religión, en este caso la islámica.
Incluso dentro del catolicismo habría quienes desearían que se condenara al Islam por violento.
El mismo Benedicto XVI pronunció en una conferencia que dio en Ratisbona en el año 2006 aquella célebre frase que provocó serios conflictos diplomáticos con dirigentes islámicos que protestaron porque entendían que el papa estaba dando una visión desfigurada del Islam asociándolo a la violencia cuando citó aquella frase:
«Muéstrame también lo que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malas e inhumanas, como su disposición de difundir por medio de la espada la fe que predicaba».
Francisco al contrario, tiene claro que no se puede hablar de violencia islámica porque el Islam es una religión de paz.
Los que profesan la religión cristiana son unos 2.200 millones personas en todo el mundo. Los musulmanes son unos 1.500 millones. Las actitudes violentas de grupos o personas en una u otra religión no puede extenderse a todos esos colectivos.
Es importante decir esto porque muchos aprovechan estas actuaciones muy violentas de grupos islámicos para fomentar una opinión de crítica y rechazo a todo el Islam y cultivar así actitudes xenófobas y poco tolerantes con la religión musulmana.
Debemos saber separar el trigo de la paja y no caer en ese peligro de pretender demonizar a todos los musulmanes ni a todos los cristianos.
Hoy más que nunca es necesaria la unidad de todos los grupos religiosos para luchar por un mundo más justo y humano.
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