lunes, 12 de septiembre de 2016

ALEXIS. Juan Cejudo



En mi opinión se han llevado demasiado lejos las palabras que 

el compañero Alexis pronunció  en pleno municipal contra el

representante del PSOE Fran González, al haberse opuesto 

este partido, junto con C´S y P.P a la aprobación de los 

presupuestos municipales.


Vaya por delante mi condena a ese tipo de palabras 

amenazadoras contra la integridad de cualquier persona, sea la

 que sea. Entiendo que el debate debe ser siempre con 

argumentos claros y contundentes, pero que nunca se debe 

amenazar ni insultar a nadie, ni en el pleno, ni fuera del pleno.



Pero el compañero Alexis ya ha pedido disculpas por ello. Lo

 hizo con carácter inmediato. Más rápido, imposible. Aquí 





Conozco bien a Alexis. Hemos coincidido no pocas veces en 

intentos de desahucios, en manifestaciones y concentraciones 

varias. Siempre defendiendo los derechos de los más 

desfavorecidos, siempre dando la cara en primera línea. Es una 

persona joven, impetuosa, con gran sentido de la justicia, con 

un gran corazón.



No creo que se merezca ser llevado a los tribunales por unos

momentos de acaloramiento de los que inmediatamente se 

arrepintió.



Yo creo que estas cosas se deberían resolver, no en los

tribunales, sino hablando y aclarando las cosas y llegando a

acuerdos. Con Alexis es muy fácil llegar a acuerdos porque es 

una persona razonable. Creo que con Fran González también.


Mi más absoluto rechazo a esa imagen que algunos medios han 

querido dar de él como una persona violenta. Hay que saber 

distinguir lo que ha sido un mal momento de lo que es la 

manera de ser de una persona. Hay que informarse mejor antes

de pretender desprestigiar a una persona sin conocerla, 

movidos no se sabe bien por qué turbios intereses.



Yo desde aquí animo a Fran González, al que considero una 

persona con capacidad para dialogar y encauzar las cosas 

dentro de un clima de diálogo y entendimiento, a retirar la 

denuncia lo antes posible. Que hablen los dos y lleguen a 

acuerdos razonables, pero sin necesidad de ir a los tribunales.




Un momento de acaloramiento no puede terminar con una 

posible condena de varios años para una persona que día a día

está demostrando su compromiso social y político.


Es mucho mejor que todo termine con un buen apretón de 

manos

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