martes, 1 de noviembre de 2016

2 DE NOVIEMBRE: DÍA DE LOS DIFUNTOS. Juan Cejudo


Es un día muy apropiado para recordar a nuestros seres más queridos que ya no están junto a nosotros. En mi caso, mis padres, mi hermana, primos, tíos...y amigos muy queridos de España y otros países.

Pero es también un día para recordar a tantas y tantas personas que dieron  su vida por entrega a  los demás, por desvivirse por luchar por una sociedad más justa e igualitaria, también por luchar por una iglesia más evangélica, al estilo de Jesús.

En este día quiero tener presente a Jesús de Nazaret, a Óscar Romero, a Ellacuría y demás personas asesinadas, al obispo Leónidas Proaño, a Helder Cámara, al obispo casado Jerónimo Podestá y Clelia su esposa, al obispo Añoveros, a Diamantino, a Luther King, a Gandi, a Salvador Allende, Chaves y a luchadores sociales de una gran trayectoria como Fermín Salvochea o Durruti u otros más cercanos a nosotros como Pepe Jiménez, Agustín Gómez Acosta, Luís Pérez o Diego Martínez Sabino por poner algunos ejemplos, aunque la lista podría ser muchísimo más larga.



Merece la pena tener en cuenta cómo vivieron estas personas en una entrega total a la causa de los más desfavorecidos, para saber cómo debemos vivir el día de los difuntos: tratando de imitarlos a ellos, como ejemplos de vida.

Para mí - con todos mis respetos a quienes lo viven de otra forma- tiene mucho más sentido vivirlo así  que estar en el cementerio poniendo flores y limpiando lápidas.

La vida sólo tiene sentido intentando luchar por una sociedad más justa y fraterna. Para mí, también por una iglesia más evangélica y fiel al estilo de Jesús de Nazaret, muy lejos del poder, del prestigio y del dinero que son los valores que hoy se imponen en esta sociedad absurda en la que vivimos.

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