Un
año más conmemoramos el nacimiento de Jesús de Nazaret.
“Os
traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy os
ha nacido un Salvador...Y ahí tenéis la señal: encontraréis un
niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.
Misterio
profundo: Dios salva al pueblo desde la sencillez de un recién
nacido en un establo, porque ni siquiera había sitio para ellos en
la posada. Jesús era un sin techo.
Era
el comienzo de lo que sería toda su vida: rodeado de pescadores a
quien seguirían los desechados del mundo: lisiados, paralíticos,
prostitutas, leprosos, pecadores...porque eran ellos los preferidos
de ese Jesús que venía a ofrecerles solución y remedio a sus
males.
El
mensaje de Jesús hoy sigue resonando con igual fuerza en el siglo
XXI con nuestros problemas inmensos: GUERRAS en Siria, en Afganistán,
en países africanos y latinoamericanos...HAMBRE: provocada por una
economía al servicio de los poderosos y no del pueblo. EMIGRACIÓN:
provocada por las guerras injustas, el hambre y la miseria...PARO de
millones de personas en todo el Mundo. PROBLEMAS DE VIVIENDA:
desahucios, personas sin techo…
El
mensaje de Jesús hoy tiene más fuerza que nunca. Es más necesario
que nunca.
Quienes
nos decimos sus seguidores estamos llamados a vivir como Él: para
ofrecer solución a estos problemas de la humanidad, unidos con todos
los hombres de buena voluntad que luchan por un Mundo más justo e
igualitario.
Celebrar
la Navidad no es, no debe ser, quedarnos en lo superficial de estas
fiestas, en gran parte paganas: luces, cantos, comidas abundantes,
bebidas en exceso, regalos para todos…
La
alegría de la Navidad (al menos para los creyentes) debería de ser
renovar nuestro compromiso cristiano para intentar seguir los pasos
de Jesús que vino a ofrecernos su mensaje de fraternidad y de
igualdad entre todos los seres humanos. Debemos luchar día a día
para intentar hacerlo nosotros realidad, comprometiéndonos con los
más desfavorecidos de nuestra sociedad para conseguir entre todos un
Mundo justo e igualitario donde el centro sean las personas y no el
dinero.
Como
el buen papa Francisco nos lo viene recordando continuamente con sus
gestos y palabras.
Con
estos sentimientos os deseo un año más:
FELIZ
NAVIDAD Y FELIZ AÑO 2017
Juan, muchas gracias por tus letras y felicitación. Estoy de acuerdo con tu análisis de lo que debe ser la Navidad para los seguidores de Jesús. Lo lamentable de estos días es que un buen número de personas nos olvidamos de invitar a entrar en nuestras casas al promotor de esta fiesta y lo dejamos en la cuneta. No quiero escribir otro artículo pero pienso que hay mucho derroche y poca sensibilidad con los necesitados. Recibe mi cordial abrazo y FELIZ NAVIDAD.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios, Salvador. Ya veo que compartimos puntos de vista sobre lo que debería ser el verdadero sentido de la Navidad. Un gran abrazo
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