sábado, 13 de abril de 2019

DOMINGO DE RAMOS. Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares



Para un creyente la Semana Santa, que empieza hoy con el Domingo de Ramos, es una semana de especial significado.

Celebramos estos días la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret.

Para muchos, son días de vacaciones, viajes, turismo, de ver procesiones...en definitiva, días de fiesta.

En los desfiles procesionales, ya se sabe: vírgenes y cristos cargados de oro y plata, bandas de música, autoridades y militares, políticos (este año coincidiendo en campaña electoral) y mucha gente en las calles en ambiente de fiesta y diversión. También muchos que los ven con devoción, como una costumbre muy arraigada de siglos que hay que saber respetar. Pero en todo caso, sin ahondar en el verdadero sentido religioso de estos días.

DOMINGO DE RAMOS: 

Este día se lee el evangelio de la entrada de Jesús en Jerusalén (Lc. 19, 28-40),  en un burro, acompañado del pueblo que le sigue con entusiasmo. También se lee el relato de la Pasión y Muerte de Jesús, pero lo comentaremos mejor el Viernes Santo.

Curiosamente no se lee la parte que sigue donde termina la lectura, que es cuando Jesús entra en el templo y expulsa a los vendedores y cambistas, le tira las mesas al suelo y no permite que transporten mercancías por él. "Mi casa es casa de oración y la habéis convertido en una cueva de ladrones".

Fue este enfrentamiento de Jesús con el poder religioso lo que provocará definitivamente que lo detengan y lo condenen. Dice Lucas: "Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley buscaban cómo acabar con él, lo mismo que las autoridades de los judíos". Y es que Jesús se enfrentó al centro neurálgico del poder religioso y también del poder económico y político porque el Templo era un centro de negocios, no una casa de oración.

Hoy el cristiano , como Jesús, debería también enfrentarse al poder: al poder político, al poder religioso, al poder económico, porque no están al servicio de los necesitados, de los más desfavorecidos, no están al servicio de la gran mayoría del pueblo. La brecha entre ricos y pobres cada vez es mayor. Como dice Francisco, este sistema económico es un sistema que mata. Y el sistema económico que tenemos ya sabemos cual es: el neoliberalismo, el capitalismo, que es el que manda y el que impone sus condiciones, pensando sólo en su propio beneficio. Y en contra de los intereses de la gran mayoría.

Pensemos en el drama de los inmigrantes a los que la Europa rica dice que no puede acoger y retira los pocos barcos que había en el Mediterráneo para socorrerlos...Como decía Francisco en la entrevista de Évole: querrá que mueran ahogados. Y si pretenden llegar por tierra les pone unas altas vallas con concertinas que matan e hieren...Europa solo piensa en que los inmigrantes no nos molesten y no puedan entrar.

Pensemos en países destruídos por las guerras, el hambre, la miseria: Libia, Afganistán, Sudán, Palestina, Yemen..etc..etc...Es el poder económico el que provoca estas guerras, para hacerse con el control de muchas materias primas que necesita para hacer negocio con sus industrias: los móviles, autos etc...(coltán, petróleo...)

Pensemos también en muchos de nuestros templos si no lo hemos convertido en cuevas de ladrones también,  permitiendo hacer negocios en ellos. Podríamos poner muchísimos ejemplos, pero están en la mente de todos...
El Vaticano, Fátima, Lourdes..y en nuestro país en muchas catedrales e iglesias se mueve muchísimo dinero...

Jesús estaba siempre rodeado de muchedumbres del pueblo sencillo, de enfermos, de pobres, a los que ayudaba y aliviaba en su dolor....Ellos eran el centro de su atención. Por eso diría "Felices los pobres" porque dejarán de serlo. Están llamados a ser iguales en dignidad y derechos, porque todos somos hijos de un mismo Padre y debemos ser iguales. Por eso el cristianismo ayudó mucho a la terminación de la esclavitud.

Me choca que el Evangelio de hoy no mencione este enfrentamiento de Jesús con los mercaderes del Templo. Ahí empezó verdaderamente su Pasión, que le llevaría a la muerte.

¿Somos los cristianos personas que nos enfrentamos al poder? ¿O nos adaptamos a él?

¿Ponemos realmente la causa de los pobres, de los más desfavorecidos como algo prioritario en nuestras vidas?


¿Puede un cristiano en conciencia votar por partidos que claramente van en contra de la gran mayoría y de los más desfavorecidos?

Muchos interrogantes para este Domingo de Ramos de 2019






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