sábado, 22 de junio de 2019

CONCENTRACIÓN EN LOS JUZGADOS DE LO SOCIAL ANTE EL INMINENTE DESAHUCIO POR PARTE DEL OBISPADO DE CÁDIZ DE UN MATRIMONIO, PORTEROS DE LAS CAPUCHINAS DE SAN FERNANDO. Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares


No pude estar presente en esta concentración porque tenía pruebas médicas a la misma hora. Sí pude llegar a tiempo para presenciar parte del juicio, pues éste empezó muy tarde, -cerca de la 1- pese a estar previsto para las 10,45 de la mañana y antes de las 2 tuve que salir a ejercer de abuelo con mi nieta.

Los compañeros me informaron que unas 50 personas participaron en la concentración desde las 9,45 hasta las 10,40.

Convocaba el acto Iniciativa Galilea, un colectivo que se daba a conocer con esta acción, formado por militantes  cristianos, pero que también apoyan otras personas, conscientes de todos los atropellos que se están dando contra los derechos humanos de muchísimas personas, desde la llegada del nuevo obispo Rafael Zornoza a la diócesis. Apoyaba la concentración el Grupo Cristiano de Reflexión- Acción, que viene actuando desde el año 2013 de diversas formas contra este tipo de actuaciones.

Durante la concentración, Juan Luís Torrejón , coordinador de Iniciativa Galilea, leyó un comunicado que os dejo aquí para quien esté interesado. Merece la pena leerlo en su totalidad.




También Francisco González leyó el Comunicado del Grupo Cristiano de Reflexión-Acción y también se dio lectura a algunos pasajes de la Biblia, que iluminaban los hechos que estamos comentando. Aquí se puede leer este comunicado.


COMUNICADO DEL GRUPO CRISTIANO DE REFLEXIÓN-ACCIÓN

Desde el Grupo cristiano de Reflexión-Acción queremos valorar de modo muy positivo la sentencia condenatoria para el obispado de Cádiz y Ceuta que declara nulo el despido de una trabajadora y que debe ser readmitida en su puesto de trabajo, con el pago correspondiente de todos estos días que ha estado despedida, hasta el momento en que se reincorpore a su trabajo.

Lamentamos que un juez deba declarar el despido nulo por no encontrar motivos para ello y que las causas del mismo hayan sido por represalias contra la trabajadora por haber reclamado el cambio sustancial en sus condiciones de trabajo y también por haber sido sancionado su esposo con 4 días de suspensión de empleo por motivos infundados hasta el punto que el juez tuvo que revocar la sanción impuesta por el obispado.

Estos procedimientos, tan frecuentes en los despidos de empresas mercantiles, nunca debieron ser utilizados por un obispado de Cádiz y Ceuta que no debe ser una empresa más de corte neoliberal, sino que representa a la iglesia local de Cádiz y Ceuta al frente de la cual hay un pastor, sucesor de los apóstoles de Jesús de Nazaret al que todos deberíamos de seguir.

Hechos de este tipo no pueden volver a repetirse.

Creemos que el Obispo debe cesar en sus cargos a las personas responsables de estas sanciones y despidos, que no son los únicos, sino que se repiten por desgracia, con demasiada frecuencia.

El ecónomo que, según la testigo del obispado en el juicio, fue el responsable del despido, debiera ser cesado de inmediato junto a la letrada que le asesoró. De no hacerlo, el responsable último sería el Obispo, que debería ser cesado por la autoridad eclesiástica competente.

No se puede seguir dando el vergonzoso espectáculo que se está dando en nuestra diócesis con situaciones como las que estamos comentando y con un descontento muy generalizado entre los sacerdotes que por miedo a las represalias callan y no dicen nada. ¡Si ellos hablaran…!

Hay que volver a los tiempos de obispos anteriores como Añoveros, Dorado, Ceballos, donde este tipo de problemas no existían y las relaciones del obispo con sus sacerdotes y laicos era mucho más fluida y cercana y donde primaba la preocupación pastoral, más que las de tipo económico como ahora, dando más el obispo la imagen de un empresario que de un pastor.

Lamentablemente ahora nos enteramos de un nuevo problema: el desahucio obligado de Ildefonso y Carmen, porteros de las capuchinas de S. Fernando, que deben abandonar, a instancias del obispado, su vivienda en la que llevan más de 40 años. Se ven en la calle sin nada. Esto no puede ser. Nosotros expresamos desde aquí nuestro apoyo y solidaridad con ellos.

De nuevo esta familia se ve obligada a acudir a los tribunales a defender sus derechos. Allí estaremos.

El obispo está a tiempo de reconsiderar su decisión y no ejecutar dicho desahucio hasta tanto no haya una alternativa habitacional para ellos.

Cádiz, 18 de Junio de 2.019


GRUPO CRISTIANO DE REFLEXIÓN ACCIÓN

También dejo aquí el vídeo que grabó el compañero Fernando Pedemonte, que recoge íntegramente las dos lecturas anteriores. Es éste: 

CONCENTRACIÓN EN LOS JUZGADOS EN APOYO DE CARMEN E ILDEFONSO, AMENAZADOS DE DESAHUCIO POR EL OBISPADO DE CÁDIZ Y CEUTA
https://www.youtube.com/watch?v=OxBlq1BdXjA




Como veréis en el vídeo, el grupo que apoyaba esta acción era bastante numeroso detrás de la pancarta y con carteles muy significativos:

-"NO PODEMOS SERVIR A DIOS Y AL DINERO"

-"...Y EL DOMINGO EN MISA HABLAREMOS DE CARIDAD"


Decir que estos hechos han transcendido el ámbito local y han sido comentados por cadenas de televisión y de radio de ámbito regional y nacional . 

Muchos medios de comunicación se han hecho eco de estos hechos, que dejan perplejos a muchísimas personas, que no entienden que desde el obispado de Cádiz se pueda hacer sufrir a tantas personas, hasta el punto de no importarle dejar en la calle a un matrimonio de 70 años que lleva viviendo toda la vida en su domicilio y en el caso de la mujer además, sin estar dada de alta todo este tiempo y por tanto, ahora, sin derecho a paro, ni indemnización de ningún tipo.

El juicio estuvo bien llevado por el juez, aunque, como él mismo dijo, no entendía bien las distintas versiones tan contrapuestas de la acusación y la defensa.

La abogada de la parte demandante hizo una exposición, a mi modo de ver muy contundente y firme, haciendo ver cómo el obispado siempre estaba influyendo en las decisiones que tomaban las monjas, como en no querer darle el alta a la señora, con la excusa de que ya lo había hecho con su marido. Siempre era el obispado quien tenía la última palabra y quien decidía, hasta el punto que la abadesa no le da el alta porque el obispado no lo autorizaba. 

El abogado del obispado trataba de defenderse diciendo que la vivienda no era del obispado sino de una parroquia que tenía varias viviendas, también donde vivía el matrimonio al que ahora quiere desahuciar.

¿Pero la parroquia es un ente libre o depende del obispado? ¿Por qué entonces quien envía el burofax comunicando al matrimonio que debe abandonar su vivienda es el obispado y no la parroquia?

Demasiadas incongruencias que entiendo el juez sabrá valorarlas para dictar una sentencia justa.

Estos hechos me plantean muchos interrogantes:

 ¿Tiene sentido que el obispado se vanaglorie  que está saneando  la diócesis, a costa de hacer sufrir tantísimo a tantas personas? ¿Es eso evangélico?

¿Puede el obispado proceder como una empresa inmobiliaria más, despreciando los derechos humanos de las personas y en contra de los principios de caridad cristiana que nos enseña Jesús en su Evangelio?

Valorar muy positivamente que estuvieran allí, como testigos de la demandante, dos sacerdotes de la diócesis valientes y proféticos, que están dando ejemplo a todos sus compañeros, tan calladitos y silenciosos todos por el miedo a las represalias que les puedan venir si se significan hablando o actuando...

Pero ya va siendo hora de que vayan hablando, que tienen mucho que decir...

En resumen: Una concentración muy positiva, pues la gente ya está hasta el gorro de tantos despidos y desahucios de este obispado, de tanta prepotencia, de tanta falta de sensibilidad humana y cristiana con las personas...

Volvieron a sonar los gritos de : "¡Obispo dimisión, obispo dimisión!". No se puede seguir así.

Esto nunca había pasado en tiempos de los obispos anteriores: Añoveros, Dorado, Ceballos...


El obispo debería cesar de inmediato a los responsables directos de todos estos desmanes que estamos comentando y que son el ecónomo, Diufaín y la letrada que le asesora. Si el obispo no los cesa, entonces es el obispo el responsable.

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