Por la tarde, sobre la 7 ya había un grupo de personas esperando para poder entrar en el primer grupo (sólo 50 personas) . La primera cita era a las 7,30. El 2º grupo, a las 8,30.
Pude entrar en el primer grupo. José Antonio, como viene haciendo estos últimos años, nos estuvo explicando "in situ" todos los detalles de la tragedia y sus efectos mortíferos sobre quienes allí estaban y en los alrededores. Nos contó también la historia del Instituto Hidrográfico que se había inaugurado hacía solo 4 años antes (un tío mío que trabajaba allí de marino participó en su inauguración) y cómo quedó todo destrozado y hubo posteriormente que edificar el actual.
Fuimos bajando por la misma cuesta por la que bajaría Pery Junquera cuando empezó a apagar con escombros las llamas que amenazaban el 2º almacén de explosivos que no llegó a estallar
En la foto superior a estas líneas , el lugar donde estaba el 2º almacén que no llegó a explotar.
José Antonio explicando en el mismo lugar de la explosión el número de bombas que explotaron y cómo los cuerpos de los dos marineros que custodiaban la puerta fueron arrojados por los aires. De uno de ellos aparecerían algunos de sus restos en lo alto de los árboles. El techo metálico de una de las naves aparecería en la playa de Sta. María del Mar, a un trabajador de Astilleros un trozo de metal se le clavaría en su pecho...Y los efectos terribles sobre los niños de la Casa Cuna donde muchos murieron así como religiosas y cuidadoras.
Especialmente emotivo para mí estar en el mismo lugar donde mi padre aquella noche estaba cenando con su compañero Alejandro y el respotero que los atendía. Allí mismo murió de inmediato su compañero y mi padre tardaría unos 10 minutos en morir desangrado sin poder librarse, ni él ni el repostero. los brazos aprisionados por los escombros.
Recordar cómo allí mismo, de pequeño, fui con mi madre a visitar a mi padre y estuve en aquel lugar, junto al almacén nº 2 y tocaba con mis dedos aquellos "pinchos" de las bombas que estaban allí al alcance de todos.
José Antonio volvió a recordar también esta escena de la muerte de mi padre que siempre me conmueve. Bajo estas líneas, al fondo de la nave que se ve, fue donde explosionaron las bombas cargadas con nitrocelulosa o algodón pólvora, prohibidas desde comienzos del siglo XX en todo el mundo, pero que por irresponsabilidad de alguien se almacenaron en pleno centro de nuestra ciudad.
Bajo estas líneas, el lugar donde se produjo un fuerte incendio por explosión de la gasolina de un coche. Pery Junquera dejó que este incendio se extinguiera por sí solo y dio prioridad a apagar las llamas que estaban muy cerca de las bombas del 2º almacén que no llegó a explotar.
En la siguiente foto, bajo estas líneas la nave donde estaba el taller de lanchas rápidas. Pery Junquera saltaría por este pretil junto a otros marineros y consiguieron ir apagando el fuego, tirando escombros, fuego que amenazaba al 2º polvorín, todo en la más cerrada penumbra por falta de luz, de agua, de comunicaciones...y escombros por todos lados.
Un siempre interesante visita para seguir manteniendo viva esta parte de nuestra historia que muchos han pretendido acallar para siempre y que nada se sepa de por qué ocurrió, para no asumir ninguna responsabilidad en la tragedia, pero que los gaditanos debemos conocer para exigir justicia con nuestra ciudad y con las víctimas.
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