He disfrutado mucho leyendo ahora este libro de Tamayo "porque recoge muy bien todas las dimensiones de su vida como persona creyente, obispo al servicio del pueblo, militante revolucionario, activista social, teólogo de la liberación, místico con los pies en la tierra"
El libro nos va llevando por todas las facetas de su vida, que muchos ya conocemos, pero lo hace de modo ordenado y desmenuzando las principales causas por las que luchó y el sencillo estilo de vida que asumió, para vivir como vivían los más pobres de su vasta diócesis, en una casa humilde, para ser como ellos. Ese estilo de vida sencillo, que demostraría hasta el final de su vida, a la hora de ser enterrado a orillas del rio Araguaia, junto a los que morían más pobremente : "para descansar/ sólo quiero esta cruz de palo/ con lluvia y sol/¡estos siete palmos y la Resurrección!"
Casaldáliga es un "obispo en rebeldía e insurrección evangélica" . Desde que lanzara aquella célebre pastoral, se enfrentó a los poderosos, que repetidamente intentarían matarle. Era también un revolucionario internacionalista, que apoyó y se solidarizó con los movimientos revolucionarios latinoamericanos. Un intelectual crítico, un ecologista, un gran místico, su oración no era evasiva, estaba radicada en la Tierra, un soñador, un hombre de esperanza, un "obrero de la utopía" y "un soñador de una Iglesia vestida de evangelio y sandalias". Partidario de la opcionalidad del celibato y del movimiento de comunidades eclesiales de base. Abierto también a la participación de las mujeres en el presbiterado
En el capítulo 4 del libro habla de las causas de Pedro Casaldáliga que él va enumerando y comentando:
-Defensor de la causa de las comunidades indígenas y afrodescendientes. La Misa de los Quilombos y la Misa de las Tierra sin Males reflejan este compromiso, además de su permanente apoyo a sus causas liberadoras.
-Defensor de la causa de las mujeres empobrecidas y discriminadas. Renunció a la candidatura del premio Nobel de la Paz en beneficio de Rigoberta Menchú, por ser mujer, por ser indígena y por los 500 años de colonización.
La memoria subversiva de los mártires ocupa el V Capítulo del libro de Tamayo. Jesús de Nazaret fue el primer mártir. Le seguirían otros muchos como Óscar Romero, el padre Joao Bosco y muchísimos líderes campesinos e indígenas asesinados por luchar por sus derechos humanos pisoteados por los poderosos y por la dictadura brasileña.
Casaldáliga, dice Tamayo, está en la senda de los padres de la Iglesia de Amerindia. Él fue uno de los obispos que de manera coherente puso en práctica el Pacto por las Catacumbas que impulsaron 40 obispos y al que se adhirieron luego más de 500; optaron por una Iglesia pobre, de los pobres viviendo como ellos y comprometiéndose con las causas justas del pueblo, lo que sería el antecedente de la teología de la liberación.
Estos obispos vivían con sencillez y fueron críticos con las dictaduras extendidas por todo el continente. Fueron perseguidos por los poderes políticos, económicos, militares y religiosos. Muchos de ellos impulsaron las redes de comunidades eclesiales de base, que tanto le preocupaban a Rockefeler en aquel célebre informe.
Casaldáliga y otros obispos se solidarizaron con teólogos represaliados por Ratzinger . Tamayo hace una memoria de muchos de estos obispos comprometidos con el Evangelio y con el Pueblo oprimido, como Helder Cámara, Óscar Romero, Angelelli y otros...
Termina el libro con una interesante bibliografía de obras sobre Casaldáliga y las obras que el mismo escribió y una muy interesante entrevista a Pedro Casaldáliga que le hicieron Eduardo Lallana y Charo Garcia de la Rosa.
Un libro que os aconsejo leer, sin duda.
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Nota: las cursivas son frases textuales de Tamayo en su libro.
REFLEXIÓN:
La lectura de este libro me produce una reacción inmediata: ¡Qué pena no tener obispos así en España!
La gran mayoría de nuestros obispos sólo hablan de asuntos eclesiásticos, de mantener el status clerical, de la enseñanza de la religión en las instituciones educativas públicas y privadas, de descalificar a las mujeres que interrumpen voluntariamente el embarazo, de no aceptar plenamente a los homosexuales en la iglesia, de reclamar las asignaciones tributarias de la Iglesia, en vez de vivir de la autofinanciación como establecen los actuales Acuerdos. Utilizando siempre el Concordato preconstitucional, para sus privilegios, condenando el divorcio , las relaciones prematrimoniales y los anticonceptivos...
Y no digamos cuando tenemos que escuchar las diatribas políticas contra todo lo que sea un gobierno de izquierdas por parte de no pocos de ellos. Hasta salen a la calle en manifestación con las derechas, siempre con las derechas.
Cuando no, el estilo dictatorial de algunos, que denuncian a sus sacerdotes ante los tribunales o negándoles ser recibidos, por mucho que se lo soliciten...y manteniendo las muchas propiedades de las diócesis para la especulación inmobiliaria, en vez de ceder, si no todos, algunos de ellos a los necesitados...Parecen más promotores inmobiliarios que pastores..
Casaldáliga es un verdadero creyente, un verdadero enamorado de la causa de Jesús y su Evangelio. Un verdadero pastor al servicio de todos, pero especialmente de los más pobres. Una persona que vivió con coherencia de vida la radicalidad del evangelio.
Estos son los obispos que necesitamos.
Hola, por casualidad sabés si este libro se vende en Argentina?
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