miércoles, 20 de julio de 2022

¿POR QUÉ ARDE ESPAÑA?. Daniel López y Pedro Castilla por CR9. Acción Bahía de Cádiz





Mi buen amigo Pedro Castilla me envía este importante Comunicado con el ruego de que lo publique en mi blog. Lo hago encantado.

Es un asunto muy importante con el que no se puede estar más de acuerdo y que merece la pena difundir al máximo.

Ojalá llegue a los responsables políticos y hagan algo...

Un cordial saludo: Juan

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¿POR QUÉ ARDE ESPAÑA?. Daniel López y Pedro Castilla por CR9. Acción Bahía de  Cádiz


Los distintos medios de comunicación abrían hoy sus informativos con el espectacular slogan “Arde España”. El presidente del Gobierno español y no pocos dirigentes políticos achacaban el desastre al Cambio Climático. Excusa perfecta. Ya tenemos culpable.

Primero habría que preguntarse sobre las causas que están originando el Cambio Climático. Los científicos del IPCC, Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, vienen denunciando hasta la saciedad cuales son las causas, pero los líderes mundiales hacen caso omiso, porque, sumisos a los poderes económicos, no quieren o no pueden evitar el saqueo económico y la degradación medioambiental.



Las grandes multinacionales campan a sus anchas, con sus megaproyectos hidroeléctricos que destrozan ríos, deforestando miles de hectáreas anuales, haciendo que se extingan innumerables especies vivas, promoviendo las minerías a cielo abierto y la cría intensiva de ganado, contaminando con el uso de fertilizantes y pesticidas, entre otras actividades. 

Se está acelerando el alarmante efecto Invernadero, motivado principalmente por las emisiones de la combustión de carbón, petróleo y gas, razón por la que se ha duplicado en los últimos 150 años la cantidad de CO2 en la Atmósfera.



Paralelamente a todo ello, estas grandes multinacionales, para poder ejecutar sus megaproyectos, expulsan, amedrentan e incluso aniquilan a numerosas pueblos indígenas de Latinoamérica y África, dueños de esos terrenos desde la noche de los tiempos y que han cuidado con un reverencial respeto porque, para ellos representa su “Pachamama”, su “Madre Tierra”, su “Madre que la cobija”. Tenemos que preguntarnos quiénes son los verdaderos salvajes.

Por otro lado, cualquier empresa moderna invierte en la actualidad una cifra importante de dinero en mantenimiento preventivo y predictivo, de forma que su ciclo productivo no pueda interrumpirse por una avería. Esa inversión predictiva, que no gasto, es altamente rentable, ya que la parada productiva supone, a la larga, mucho mayor coste que los derivados de la preventiva.

Si aplicamos lo anterior, a la cantidad de riqueza forestal, animal y agrícola que se destruye cada año, ¿por qué no aplicar unas acciones preventivas y predictivas a nuestros bosques? Bastaría con aumentar el número de guardas y vigilantes forestales, el número de bomberos y de estaciones, la prevención de incendios, con la implantación de detectores con sus respectivas alamas a los centros para su rápida intervención, la limpieza forestal, etc. 

Y todo ello ligado a una ligazón de la población rural con sus bosques, de forma que sean objeto de un aprovechamiento sostenible que les fortalezca frente a la plaga de incendios forestales, siguiendo la máxima de que “el monte es vida y trabajo”.



Existe un temor a esa necesaria Inversión pública unida a la inmersión social, que tanta rentabilidad natural, económica, agrícola y turística conllevaría. Una inversión pública que supondría un coste muchísimo menor que ese descomunal gasto correctivo, de reparaciones, resarcimientos, subsidios, indemnizaciones, etc., que se produce cada año para hacer frente a las alarmantes pérdidas forestales, patrimoniales y sociales que desencadenan los incendios forestales.

Achacar las culpas al Cambio Climático supone desviar la atención del verdadero problema y de sus necesarias soluciones.

Necesitamos a los bosques, los bosques nos necesitan: ¡por una regeneración forestal unida al mantenimiento de la vida y el trabajo en el campo!



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