Hace unos días el diario El País comentaba en su editorial el último informe de la Red europea de lucha contra la Pobreza y la Exclusión social que aporta unos datos terribles sobre la pobreza en España.
Hay que decir que esta Red Europea agrupa a más de 8.000 entidades sociales. El informe deja meridianamente claro que la brecha Norte-Sur sigue ampliándose. Hoy hay más de 380.000 pobres que antes de la pandemia.
En 2019 la pobreza extrema suponía el 18% de la población total de España.
En 2020 había aumentado al 21%.
En 2021 ha subido hasta el 27,8%.
Se entiende por pobreza severa a quienes están por debajo de 281 euros por persona para dos adultos y dos menores o 531 euros para una persona sóla.
Dicho informe subraya que en las 11 regiones que están situadas al Norte de Madrid (27 millones de personas) la tasa media de pobreza es del 21,8% y en las 6 regiones que están al Sur de Madrid (20 millones) la tasa de pobreza es del 35,6%. En Andalucía y Extremadura la tasa de pobreza es de 38,7%, 11 puntos más que la media de España.
Uno de cada tres andaluces están en situación de pobreza. Unos datos escandalosos. Dice el editorial de El País que no se entiende esta situación con la decisión del nuevo gobierno andaluz de suprimir el impuesto de patrimonio y sucesiones y donaciones a los más ricos para tratar de redistribuir mejor la riqueza en Andalucía.
Haría falta en Andalucía, en España y en el Mundo, implementar otro sistema económico que esté de verdad al servicio de todos y no del capital y de los más ricos. Este sistema, como dice el papa Francisco es un sistema "que mata". Hay que favorecer la igualdad entre todos, con especial atención a los más desfavorecidos, para que todos puedan vivir con dignidad.
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