Foto: La Voz del Sur
Son esas noticias difíciles de creer. ¿Cómo se puede dejar en la calle a una persona con 87 años que ha vivido en el Pópulo cerca de 60?
Pues sí. María Muñoz Ladrón de Guevara tiene que abandonar su casa el próximo 26 de Junio, porque la dueña, cuando le renovó el contrato la última vez, hace ya muchos, aunque le dijo que no le pasaría nunca nada porque ella la apreciaba mucho, hizo lo que se llama una división horizontal, por lo que le permite cambiar lo que quiera: hacer los apartamentos turísticos que desee y echarla a la calle, para que sea una persona sin techo más, de las muchas que ya están malviviendo por nuestras plazas y calles.
La única solución que la propietaria le ofrece a María es que ella compre la vivienda por 147.000 euros. ¿Le da su pequeña pensión para poder comprar el piso? Está claro que es una oferta imposible de asumir.
El concejal Pablo Otero, según informa José Landi en La Voz del Sur, le ha dicho a sus hijas que "muy poco se puede hacer, que no quiere engañarlas con falsas promesas porque soluciones no las hay"
Me pregunto una y mil veces ¿Cómo la ley puede permitir situaciones como éstas? ¿Qué clase de sociedad estamos construyendo tan salvaje,, tan inhumana, que permite dejar en la calle a una anciana de 87 años para que se vea durmiendo en la calle? Ésto debe ser siempre ilegal, mientras no se le ofrezca una alternativa habitacional.
Hace unos minutos me envían por wasap una información de que un empresario gaditano ha ofrecido una vivienda a María, lo que solucionaría el problema a esta persona si ella lo acepta.
Pero ¿cuántos y cuántos casos más habrán pasado o podrán pasar que no han trascendido a la opinión pública?
Los legisladores deben hacer leyes justas y humanas para evitar casos como éste.
La invasión de pisos turísticos está provocando un gravísimo problema en nuestra ciudad y en otros muchos sitios, como en Canarias, donde el pueblo se ha rebelado contra la proliferación de pisos turísticos porque expulsa a los ciudadanos nativos de sus viviendas y de sus barrios donde siempre han vivido.
Y es que el problema de fondo es que no hay ofertas de viviendas sociales en alquiler, pues las administraciones no están haciendo absolutamente nada para solucionarlo durante muchos años. Y en Cádiz, el poco espacio que queda para construir viviendas las administraciones: local, estatal y también de la Iglesia, la dedican a venderla a promotores privados para la venta de pisos y no para alquiler social...
Así no es de extrañar que Cádiz en pocos años baje de los 100.000 habitantes (hoy poco más de 111.000 habitantes), cuando llegamos a estar cerca de los 160.000. Y las consecuencias: una ciudad envejecida y empobrecida....Así vamos....
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