Ya terminó todo. El papa volvió al Vaticano y es tiempo de hacer balance y valorar lo que ha significado esta visita.
Lo primero que debo decir es lo que no pocos comentaristas, incluso agnósticos y no creyentes, han repetido hasta la saciedad: ha sido impresionante el poder de convocatoria de la Iglesia Católica.
Posiblemente ningún organismo ni institución pueda reunir a más de un millón de personas (jóvenes en su mayoría), venidos de todas las partes del mundo. Aunque sea difícil precisar qué porcentaje de ellos lo ha hecho por convencimiento religioso o también por viajar, divertimento, por hacer amistades, conocer otras culturas etc....
Tampoco era de extrañar, siendo una convocatoria a nivel internacional, preparada desde hace tres años y que ha contado con todo el apoyo institucional de todas las administraciones del Estado (central, autonómico y municipal) y de la casa real española, amén del apoyo mediático y sobre todo financiero de las empresas principales de este país. Empresas que no han apoyado sólo de modo altruista, sino que serán bonificadas, en un alto porcentaje, del importe de sus inversiones
Por eso, dije en un artículo anterior que para mí este viaje era un acontecimiento antievangélico. Jesús no tenía dónde reclinar la cabeza y a sus discípulos les encargó que no llevaran bolsa ni alforja para el camino cuando fueran a anunciar que el Reino de Dios ya había llegado. Él era pobre, vivió pobre y murió pobre, como un maldito, por enfrentarse al poder religioso y político de su tiempo, por optar por los más pobres.
Aquí el papa ha tenido hasta el acompañamiento de los legionarios. El centro de Madrid ha sido cerrado al tráfico para que el Jefe del estado del Vaticano pudiera hacer su entrada triunfal, no como Jesús, sencillamente, sin privilegios ni connivencia con las autoridades romanas...
Todos los colegios, institutos y hasta el aeródromo de Cuatro Vientos, a su servicio y el de los peregrinos. El parque del Retiro, cedido para instalar 200 confesionarios (algo esperpéntico, la verdad). Y hasta adolescentes y niños disfrazados de guardia suiza ( Por Dios, ¿tiene que tener el papa guardia suiza?).
No digamos el escándalo de las rebajas de hasta un 80% en los viajes de metro a los peregrinos, mientras Esperanza Aguirre subía el billete del metro para todos los ciudadanos en un 50%. También hubo rebajas para perdonar los pecados de aborto a los que se confesaran en aquellas jornadas.
Y el escándalo de unos peregrinos que no dejaban que la manifestación laica entrara en Sol y provocaron los incidentes en que la policía no supo estar a la altura y, en vez de reprimir a quienes ilegalmente se manifestaban, se dedicó a pegar y detener a los manifestantes que lo hacían legalmente. ¡Inaudito!
Muy fuera de lugar la decisión de que las monjas sin hábito no pudieran entrar para ver al papa y que provocó las protestas de muchas órdenes religiosas femeninas.
La organización, con tanto tiempo y medios preparada, ha parecido bastante buena. No es fácil solucionar el problema de movilidad, comida, agua, instalaciones para pernoctar, para tantísima gente (más de un millón de personas según la mayoría de los observadores).
Sobre los discursos del papa ( me los he leído íntegramente todos), decir que más de lo mismo: no al aborto, no a las relaciones prematrimoniales, no a la muerte digna, sí al celibato obligatorio de los sacerdotes...
Me llama muchísimo la atención que el papa insista mucho en que no se puede creer si no es unido a la iglesia, al papa y a los obispos...Es decir: unir fe en Jesús con unión con el papa y los obispos me parece muy peligroso por lo que quiero decir a continuación.
En el discurso de Benedicto no hay una sola palabra de autocrítica. No se quiere reconocer que para que mucha gente hoy pueda creer, el ejemplo nefasto de muchas cosas del mismo papa ( Jefe del Estado del Vaticano, con moneda, guardia,himno, embajadores y nuncios y además con un poder omnímodo y absoluto, con posturas machistas y muy poco democráticas) impiden a la gente poder creer. Porque una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace.
Ni una autocrítica para reconocer en esta visita los problemas de pederastia. Ni una alusión al hambre en el Mundo ( especialmente ahora en Somalia y otros países colindantes). Ninguna alusión a la marginación de la mujer en la iglesia y sólo de pasada a quienes hoy sufren la crisis o la falta de empleo sin más postura de denuncia a los culpables de esta situación. Y sobre todo, aceptar venir a España como ha venido.
Por las imágenes de TVE, parecía que los jóvenes asistentes seguían enfervorizados a este papa tan conservador y tan desfasado. Creo que eso denota que son personas más bien sin sentido crítico alguno. Sin capacidad para pensar por su cuenta.
Y es que es ese el tipo de cristianismo que últimamente se viene fomentando: ser dócil y sumiso a todo lo que venga del obispo o del papa, sin más. Son unos cristianos que yo llamaría fanáticos e infantiles en la fe. Posiblemente, estos cristianos fanáticos no entenderían nunca el enfrentamiento de Pablo con Pedro en los primeros años del cristianismo. ¡Que lejos estamos de aquella frescura del evangelio! Hoy el Papa es un poder absoluto a quien nadie le tose ni le discute nada.
Parecía además que todo el tinglado estaba montado para conseguir una cosa: una demostración de poder impresionante y con eso intentar lo que me parece es lo que más preocupa a la jerarquía eclesiástica: intentar que surjan muchas vocaciones a la vida religiosa y sobre todo al sacerdocio, ya que el problema de falta de vocaciones es gravísimo.
Son muchísimas las parroquias e iglesias que se cierran por no poder ser atendidas. Los curas que quedan en España el promedio de edad ronda los 67 años y hay un enorme problema de falta de relevo generacional. Es por eso que los kikos al terminar las jornadas hayan ofrecido miles de nuevos sacerdotes para evangelizar China(!!)
Ése es el modelo de sacerdocio que a este papa conservador le interesa.
Pasó el tiempo del Vaticano II y las ganas de renovación en la Iglesia. Ahora con Juan Pablo II y Benedicto XVI se trata de volver a las raíces de Trento: misa en latín, sacerdotes y religiosas vestidas con hábito, pensamiento único y sanción a los centenares de teólogos que cuestionen la línea oficial del Vaticano etc....
Pero ¿realmente conseguirán que las vocaciones aumenten ? Desde el año 2006 que visitó Valencia y más tarde Santiago de Compostela y Barcelona ¿Qué ha quedado de aquellos viajes? Las iglesias siguen igual de vacías. Los jóvenes, ausentes. Las vocaciones en caída libre cada año....La edad media del clero en España ronda los 67 años....
Mucho me temo que, después de estos días de estancia en Madrid, los fuegos artificiales que tanto han deslumbrado a la opinión pública y tanto ha regocijado a políticos y obispos, pronto desaparezcan y se apaguen y todo vuelva ser más o menos como antes.
Y es que no es así, con este tipo de viajes, que tanta indignación ha provocado en amplísimas capas de nuestra sociedad, como se puede construir la iglesia de Jesús en el siglo XXI.
Como dijo una periodista recientemente, "si Jesús de pronto hubiera aparecido estos días por Madrid habrían salido todos los peregrinos corriendo"
Pero, eso sí, el "marketing" para mostrar el poderío de la Iglesia ha funcionado a la perfección. Todos han podido verlo.
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