domingo, 18 de julio de 2010

Aberración del Vaticano en equiparar los delitos contra la pederastia con la ordenación de mujeres. Juan Cejudo

Uno mi voz de protesta a la de todos los colectivos de Iglesia, como Somos Iglesia Internacional, que estos días han elevado su voz contra las últimas normas del derecho canónico presentadas por el prelado maltés Monseñor Charles Scicluna, fiscal del Nuevo Santo Oficio, la Doctrina para la Doctrina de la Fe, donde se considera la ordenación de mujeres como uno de los “delitos más graves” que puede cometer un creyente o un clérigo, y que el tema aparezca además en el mismo documento en el que se actualiza la legislación contra la pederastia.

Ante el rechazo generalizado a este documento, insultante para las mujeres, ha salido al paso para decir que aunque aparezca en el mismo documento no son igualmente graves los delitos porque el de la pederastia atenta contra la "moralidad" y la ordenación de mujeres contra un "sacramento". Pero el hecho de que aparezcan juntos no deja de ser insultante.


Más porque, como sostienen no pocos teólogos, la ordenación de la mujeres no solo no es un delito, sino que es un derecho que la Iglesia Católica no respeta. No así en la mayoría de iglesias cristianas no católicas, donde además puede llegar a acceder al episcopado.


Meteduras de pata como éstas no hacen más que seguir aislando a la Iglesia del Mundo actual y provocando todo tipo de rechazo en ambientes intelectuales, juveniles, femeninos y en general en toda nuestra Sociedad que no comprende cómo la Iglesia siga manteniendo este tipo de comportamientos cuando el avance de la mujer en el Mundo es claro y notorio en todos los sectores, menos en el eclesial-católico.

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