En el 115 Aniversario de su muerte (27-9 1907/ 27-9- 2022)
La vida de Fermín Salvochea, del que este año recordamos el 115 aniversario de su muerte, es un ejemplo de vida para todos nosotros. No es que tengamos que hacer las mismas cosas que él hacía, porque son tiempos distintos el siglo XIX y el siglo XXI. Pero sí intentar vivir en este tiempo los valores que él vivió
En un mundo donde se van perdiendo los valores humanos, Fermín Salvochea vivió toda su vida derrochando muchos de ellos de modo extraordinario.
Fermín sufría viendo cómo su pueblo vivía en condiciones muy precarias por culpa de una monarquía que lo tenía abandonado. Por eso se hizo republicano durante unos años y se entregó en cuerpo y alma, con su compromiso político a derrocar a aquella monarquía, nefasta para el pueblo. Arriesgó su vida, enfrentándose al ejército en dos ocasiones y, en vez de huir, como podía haber hecho, ante la desproporción de fuerzas, decidió mejor entregar las armas, asumiendo él ser responsable de todo para que dejaran a todos en libertad. Le ofrecieron huir, pero se negó.
Más tarde, decepcionado de la política se hizo anarquista y entró en 1871 en la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores), dos años después de su fundación en 1869, porque diría, cuando los republicanos le propusieron entrar de nuevo en sus listas: "nada se puede ya esperar de la política". Cree que "no hay otro camino para llegar a la emancipación de los trabajadores que la transformación de la propiedad individual en colectiva para evitar la explotación de clase y la lucha de todos contra todos".
Después del famoso año de los tiros, se iría al monte con muchos otros revolucionarios, enfrentándose al gobierno y al ejército en los pueblos de Medina, Paterna, Alcalá de los Gazules, Algar, Arcos, Ubrique, Cortes de la Frontera, Ronda, Jimera de Libar, Gaucín, Casares....Fueron cercados por el ejército, pero pudo huir hasta Gibraltar...y desde allí huir a Francia y Londres...
Es famoso en Cádiz por su entrega a los más pobres. Visitaba a los presos todos los días en los castillos de Sta. Catalina y S. Sebastián antes de ser trasladados a las cárceles africanas de Guinea, Marruecos, o Filipinas (entonces colonias españolas) y a los pobres les iba repartiendo las mantas que conseguía que le dieran los comerciantes y hasta su propia capa les daba.
Llegó a dar hasta su cama a un necesitado, durmiendo él en una mesa, de la que cayó y a consecuencias de esa caída murió. Es de admirar que él, siendo ateo, respetara la religiosidad de las personas como su madre, a la que acompañaba a la iglesia todos los días, aunque él se quedaba fuera y que incluso tomara café a diario en el Baluarte con un amigo suyo cura.
Aunque chocaría de frente con el obispado porque él quería la separación de la Iglesia y el Estado. Esa preocupación y entrega a los más pobres era una actitud constante en Fermín, ya desde sus años de colegio en San Felipe Neri, donde se juntaba con los niños más pobres, siendo él de padres acaudalados.
Siendo alcalde y luego presidente del Cantón tomaría no pocas medidas a favor del pueblo, como establecer un plan de enseñanza en las escuelas y crear ateneos populares para fomentar la cultura. Suprime las quintas y los impuestos y decreta la separación de la Iglesia y el Estado, sustituyendo los nombres de santos de las calles por otros más laicos y el nombre de cementerio católico por cementerio "municipal".
Eran muy frecuentes los encontronazos con el obispo, que hasta decide ir a vivir a Chiclana unos meses, lejos de la presencia de Fermín Salvochea. Los sectores tradicionales católicos, le hicieron un escrache en su domicilio, cuando decidió derribar el ruinoso convento de las agustinas en la Plaza de la Candelaria para construir la Plaza que hoy lleva ese nombre. Salvochea tuvo que enfrentarse hasta al mismo presidente de la República por este asunto.
Forma el Comité de Salud Pública con varias comisiones de las que el presidiría varias.
Fermín hizo muchísimo por los sectores populares y obreros en los tres meses que estuvo como alcalde y como presidente del Cantón, hasta que, para evitar un derramamiento de sangre, tuvo que rendirse ante el batallón del ejército, a cuyo frente estaba el general Pavía, bien pertrechado con armamento militar.
Salvochea sería juzgado en un Consejo de Guerra y condenado a cadena perpetua.
Sufriría prisión en tierras africanas muchos años y también en España y en Portugal. Siempre recibe el afecto y la admiración de todos los presos por su actitud de entrega a ellos, ayudándoles de muchas formas. Aprovecha para estudiar algo de medicina para poder ayudar a sus semejantes. Salvochea en prisión era como un dios para los presos. Le concedieron el indulto, pero lo partió en varios trozos para indignación del gobernador que lo castigó con prisión de nuevo, pues estaba entonces en régimen de semilibertad. Al final se arriesgó a fugarse y lo consiguió con la ayuda de algunos nativos.
En tiempos de Salvochea como alcalde hubo una huelga general por la reducción de la jornada de trabajo y mejores sueldos y se les concedió.
Fermín Salvochea es un ejemplo de coherencia entre lo que pensaba (sus ideas) y lo que hacía (sus actos). Actuaba siempre de acuerdo a lo que pensaba. No acomodaba su forma de pensar a lo que a él le convenía, como tantos y tantos hoy hacemos....
A la muerte de Alfonso XII fue amnistiado y vuelve a Cádiz donde lanza el periódico obrero "El socialismo" en la calle Rosario Cepeda para alentar las reivindicaciones obreras y la difusión de las ideas anarquistas, traduciendo muchos artículos y libros de Kropotkin.
Organizó en Cádiz la primera manifestación del 1º de mayo en 1890 y 1891 defendiendo la huelga general indefinida para conseguir las reivindicaciones obreras.
Son admirables sus contestaciones a los jueces en los juicios que se le hacían respondiendo con dignidad y entereza.
Hay que decir que Salvochea, que tenía una fábrica de naipes, no estaba pendiente de su negocio, pues siempre estaba comprometido con los asuntos sociales y políticos, por eso llegó un momento que se arruinó y tuvo que ir a buscarse la vida a Madrid, escribiendo en algunas revistas y periódicos como La revista Blanca. Allí relanzó las ideas anarquistas y aumentaron las movilizaciones obreras. Cuando vuelve a Cádiz ya en 1899 5.000 personas lo reciben en la estación y quieren llevarlo a hombros, pero él se niega.
Salvochea escribió algunos libros y también algunos poemas hasta que muere en Cádiz un 27 de septiembre en 1907 en el Pozo de las Nieves 10 (hoy Pza Argüelles).
Salvochea es una persona que vive con gran coherencia muchos valores que para mí son valores humanos, pero también cristianos: la solidaridad, la opción por los sectores populares y los más desfavorecidos, la ausencia de egoísmo y la entrega total a los demás por encima de su propia vida, la austeridad de vida, lejos del consumismo que hoy fomenta este sistema, el respeto a todas las personas y a sus creencias, la lucha por la justicia, por una sociedad más igualitaria para todos, más libre; su inquietud por la cultura para que el pueblo estuviera bien formado, su capacidad para movilizar a los trabajadores....
Y sobre todo esa coherencia radical entre lo que pensaba y lo que hacía, con todas las consecuencias, que le llevaría a estar más de 14 años en las cárceles de Africa, España, Portugal...
El 115 aniversario de la muerte de Fermín, una nueva ocasión para hacerlo presente y dejarnos interpelar por ese estilo de vida tan comprometido con su pueblo. Su lema: "Mi patria es el Mundo, mi religión hacer el bien, mi familia, la humanidad" nos anima a todos a mirar las injusticias en todo el mundo, no sólo las que están cerca nuestra. Nos debe preocupar lo que ocurre en nuestra ciudad, pero también lo que ocurre en la provincia, en Andalucía, en España, en Europa, en Africa, en Asia, en Latinoamérica...
Por todo ésto a Fermín hoy lo seguimos recordando 115 años después de su muerte y así cada año, algo que no sucede con ningún otro personaje histórico. Es un personaje absolutamente excepcional, que ha tenido y tiene una gran proyección internacional.
Por eso este año el día 27 de septiembre, a las 12 habrá una ofrenda floral en el cementerio de S. José y a las 7 de la tarde en la Plaza de Loreto, frente al busto de Fermín, habrá una charla de Sebastián Terrada. Actos a los que están invitados todos los gaditanos de bien.
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