El informe hecho público el pasado día 20 de Mayo, después de más de 9 años de investigación, donde se demuestran los abusos de todo tipo y las humillaciones sufridas por miles y miles de irlandeses en Centros Religiosos desde los años 30 hasta finales del siglo pasado, ha resultado demoledor para la Iglesia Católica en general y no sólo la irlandesa.
Los 5 volúmenes con 2.600 páginas, los más de 1.000 testimonios de las víctimas de todo tipo de abusos, muchos de ellos de índole sexual, sufridos en los colegios, hospitales, orfanatos, reformatorios etc.. ha sido tremendo. Algunos de esos testimonios terroríficos lo hemos escuchado y visto en la T.V y nos ponen los pelos de punta.
El primado de Irlanda ha reconocido el enorme daño causado y ha pedido perdón. Ha sido lamentable que haya tenido que esperar para hacerlo el que, previamente, se haya hecho público y de forma contundente el resultado de la investigación. Porque, durante todos estos años, (¡ muchos años!) las autoridades religiosas debían de saber lo que pasaba.
No se pueden solucionar los problemas de pederastia del clero, cambiando de destino al culpable, como parece que ha sido y es la norma habitual. Hay que poner a los responsables en manos de la justicia cuando haya pruebas evidentes del delito cometido y no mirar para otro lado como si nada ocurriera.
El daño que han sufrido esos centenares de personas es inmenso. Han sufrido en sus propias carnes el escándalo por parte de quienes deberían haber dado ejemplo de honestidad y bien hacer. Esas víctimas están pidiendo que se les haga justicia y que los responsables paguen por lo que han hecho. No hay dinero para compensar económicamente el daño que han sufrido en sus vidas y el trauma que, sin duda, les habrá marcado, quizá para siempre.
Me llama la atención que nuestros obispos, no aludan a este caso y se callen. Ellos sólo se manifiestan para combatir la reforma de la ley del aborto, pero no dicen nada de estos terribles hechos tan descomunales y tan dramáticos
El Cardenal Cañizares sí ha tenido la gallardía de reconocer el enorme mal y pedir perdón por esos hechos tan horribles. Aunque a continuación ha tenido la desafortunada idea de comparar los abortos regulados de por ley, con los delitos que suponen los casos de pederastia y otro tipo de abusos del clero irlandés, llegando a decir que son más graves esos abortos regulados de por ley que los abusos sexuales cometidos contra menores por los religiosos que son delitos penales.
Uno se pregunta ( creo que mucha gente se lo pregunta), si hechos como los ocurridos en Irlanda sólo han ocurrido allí o han podido pasar también en otras partes.
En España se han conocido sólo hechos concretos, aislados, condenados por la Justicia.
Pero, con la fuerza que tuvo la Iglesia española en el franquismo ¿no pudieron suceder hechos como estos? Sería deseable que también aquí y en otros países se pudiera abrir una investigación similar.
Por otra parte hechos como estos y como otros casos que han transcendido a la opinión pública en los últimos meses, como los abusos sexuales provocados por el fundador de los Legionarios de Cristo, o el hijo reconocido por el ex obispo Lugo, o la de los obispos centroafricanos casados y con hijos que una inspección vaticana ha descubierto recientemente, o las muestras de amor del famoso Padre Alberto Cutié en una playa de Miami con una joven o la del cura argentino que se despidió de sus fieles anunciando en la misa que se casaba etc…deberían llevar de una vez por todas al Papa a replantearse la necesidad de admitir la existencia del sacerdote casado y apostar por la opcionalidad del celibato.
Está claro que algo está fallando en las actuales normas arcaicas y obsoletas que mantiene la Iglesia y que deberían ser revisadas. Actualmente existen en el Mundo más de 150.000 sacerdotes católicos casados, según un informe reciente de la Federación Latinoamericana de sacerdotes católicos casados. Es un clamor del Pueblo que el sacerdote puede estar casado, como lo han constatado las numerosas encuestas realizadas en diferentes momentos y países. La Iglesia, la jerarquía debiera escuchar esa voz del Pueblo.
Seguro que los curas podrían seguir ejerciendo su ministerio con una sexualidad y afectividad más integrada en el seno de una familia como la mayoría de los mortales. Al fin y al cabo en la Historia de la Iglesia, son más los años en que se ha permitido el matrimonio de los clérigos que los que, como ahora, se les prohíbe. Un celibato que ni siquiera algunos papas fueron capaces de respetar.
Que el celibato sea un valor en la Iglesia, nadie lo pone en duda. Lo que se cuestiona es que tenga que ser obligatorio .
Los 5 volúmenes con 2.600 páginas, los más de 1.000 testimonios de las víctimas de todo tipo de abusos, muchos de ellos de índole sexual, sufridos en los colegios, hospitales, orfanatos, reformatorios etc.. ha sido tremendo. Algunos de esos testimonios terroríficos lo hemos escuchado y visto en la T.V y nos ponen los pelos de punta.
El primado de Irlanda ha reconocido el enorme daño causado y ha pedido perdón. Ha sido lamentable que haya tenido que esperar para hacerlo el que, previamente, se haya hecho público y de forma contundente el resultado de la investigación. Porque, durante todos estos años, (¡ muchos años!) las autoridades religiosas debían de saber lo que pasaba.
No se pueden solucionar los problemas de pederastia del clero, cambiando de destino al culpable, como parece que ha sido y es la norma habitual. Hay que poner a los responsables en manos de la justicia cuando haya pruebas evidentes del delito cometido y no mirar para otro lado como si nada ocurriera.
El daño que han sufrido esos centenares de personas es inmenso. Han sufrido en sus propias carnes el escándalo por parte de quienes deberían haber dado ejemplo de honestidad y bien hacer. Esas víctimas están pidiendo que se les haga justicia y que los responsables paguen por lo que han hecho. No hay dinero para compensar económicamente el daño que han sufrido en sus vidas y el trauma que, sin duda, les habrá marcado, quizá para siempre.
Me llama la atención que nuestros obispos, no aludan a este caso y se callen. Ellos sólo se manifiestan para combatir la reforma de la ley del aborto, pero no dicen nada de estos terribles hechos tan descomunales y tan dramáticos
El Cardenal Cañizares sí ha tenido la gallardía de reconocer el enorme mal y pedir perdón por esos hechos tan horribles. Aunque a continuación ha tenido la desafortunada idea de comparar los abortos regulados de por ley, con los delitos que suponen los casos de pederastia y otro tipo de abusos del clero irlandés, llegando a decir que son más graves esos abortos regulados de por ley que los abusos sexuales cometidos contra menores por los religiosos que son delitos penales.
Uno se pregunta ( creo que mucha gente se lo pregunta), si hechos como los ocurridos en Irlanda sólo han ocurrido allí o han podido pasar también en otras partes.
En España se han conocido sólo hechos concretos, aislados, condenados por la Justicia.
Pero, con la fuerza que tuvo la Iglesia española en el franquismo ¿no pudieron suceder hechos como estos? Sería deseable que también aquí y en otros países se pudiera abrir una investigación similar.
Por otra parte hechos como estos y como otros casos que han transcendido a la opinión pública en los últimos meses, como los abusos sexuales provocados por el fundador de los Legionarios de Cristo, o el hijo reconocido por el ex obispo Lugo, o la de los obispos centroafricanos casados y con hijos que una inspección vaticana ha descubierto recientemente, o las muestras de amor del famoso Padre Alberto Cutié en una playa de Miami con una joven o la del cura argentino que se despidió de sus fieles anunciando en la misa que se casaba etc…deberían llevar de una vez por todas al Papa a replantearse la necesidad de admitir la existencia del sacerdote casado y apostar por la opcionalidad del celibato.
Está claro que algo está fallando en las actuales normas arcaicas y obsoletas que mantiene la Iglesia y que deberían ser revisadas. Actualmente existen en el Mundo más de 150.000 sacerdotes católicos casados, según un informe reciente de la Federación Latinoamericana de sacerdotes católicos casados. Es un clamor del Pueblo que el sacerdote puede estar casado, como lo han constatado las numerosas encuestas realizadas en diferentes momentos y países. La Iglesia, la jerarquía debiera escuchar esa voz del Pueblo.
Seguro que los curas podrían seguir ejerciendo su ministerio con una sexualidad y afectividad más integrada en el seno de una familia como la mayoría de los mortales. Al fin y al cabo en la Historia de la Iglesia, son más los años en que se ha permitido el matrimonio de los clérigos que los que, como ahora, se les prohíbe. Un celibato que ni siquiera algunos papas fueron capaces de respetar.
Que el celibato sea un valor en la Iglesia, nadie lo pone en duda. Lo que se cuestiona es que tenga que ser obligatorio .
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