Me parece un retroceso en toda regla. Cañizares gira 100 años atrás hasta los tiempos de Pio X, quien aconsejó dar la primera comunión a partir de los siete años.Es de destacar, como muy bien ha escrito la teóloga Margarita Pintos, que hasta el siglo XIX se accedía a los sacramentos a la edad de 12-14 años. Algo que parece mucho más lógico para que quienes los reciben puedan ser más conscientes de lo que hacen.
También, dice la mencionada teóloga, Cañizares cita a los concilios Lateranense IV y de Trento, pero se olvida de lo que decía el último Concilio, el Vaticano II que aconsejaba, con buen criterio, retrasar la edad de la primera comunión hasta los 9-10 años, como se ha venido haciendo últimamente; se trataba de que los niños con mayor edad fueran así más conscientes de la importancia que tiene recibir los sacramentos.
Ahora Cañizares, con motivo de la “Quam singulari” de Pio X vuelve a aquellos tiempos, e incluso va más allá, pues aconseja que los niños puedan “tomar la comunión” antes de cumplir los siete años. Es lo que José Manuel Vidal, director de la página web “Religión Digital”, ha llamado y con razón un “atentado pastoral”.
El anuncio de Cañizares, que esperemos no termine en nada concreto y quede como una mera opinión personal, sorprende por el modo de hablar de “tomar la comunión” sin referencia alguna a lo que es la Eucaristía en sí, lo que es la Comunidad Cristiana etc…
Un niño de 6 años es imposible que pueda tener entendimiento suficiente para poder comprender todo lo que eso significa. Si ahora son dos años de preparación los que suelen hacerse, ¿con qué edad habría que empezar? ¿Con 4 ó 5 años? ¿Es serio eso?
Este anuncio “huele” más que nada a interés eclesiástico( al fin y al cabo él es el Prefecto de la Congregación del Clero) para aumentar el número estadístico de los que celebran los sacramentos ya que las estadísticas actuales reflejan una pérdida continua y prolongada de practicantes. Así las estadísticas podrían reconducirse, que por lo visto es lo que más preocupa a la institución…
Pero desde luego, desde el punto de vista pastoral, me parece un verdadero disparate y una vuelta atrás para una Iglesia que ya está demasiado problematizada por muchísimos aspectos.
En nuestras comunidades de base hemos tenido experiencias varias de adolescentes que se han preparado conscientemente para recibir el bautismo y su primera Eucaristía con 12-14 años. Se ha celebrado con gran participación de todas las comunidades y un gran protagonismo de ellos.
Sabían lo que hacían y habían recibido una preparación adecuada con referencias a Jesús, a la Comunidad cristiana y al significado del Bautismo y de la Eucaristía. Recuerdo que los regalos que recibieron los entregaron para el Tercer Mundo.
Habían comprendido que ser cristiano es aprender a compartir con los que menos tienen.
Por desgracia, hoy las primeras comuniones se han convertido, en la inmensa mayoría de los casos, en las primeras y las últimas.
Unas fiestas sociales donde imperan los regalos, los convites y el desembolso económico muy importante para unos padres que muchas veces se entrampan para poder tener esa celebración festiva de tipo social. Y donde el sentido verdaderamente religioso queda aparcado y olvidado.
Esperemos que el anuncio de Cañizares no pase a ser una nueva norma en la Iglesia sino que quede sólo como una opinión muy personal del Cardenal.
Cádiz 15 de Agosto de 2010
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