Por decirlo claramente: por países que decidieron, democráticamente, tomar partido por los sectores sociales más desfavorecidos.
Todavía recordamos el famoso golpe de estado de Pinochet en Chile contra el legítimo presidente Allende.
Ahí están las tentativas golpistas en Venezuela (2002), Bolivia (2008), Honduras (2009) y ahora Ecuador (2010), todos ellos países integrados en el ALBA.
No se dan casos de intentonas golpistas de países de signo progresista sobre otros de corte conservador. Siempre es al revés.
En el caso del intento de golpe de estado de Ecuador, la rápida movilización de la ciudadanía que se lanzó masivamente a la calle, el apoyo internacional prácticamente unánime, especialmente de los estados latinoamericanos y la decisión valiente del presidente Correa impidieron que el golpe cuajara.
Pero Latinoamérica debiera estar bien preparada para otros posibles intentos similares en esos o en otros países, porque lo seguirán intentando.
Las fuerzas de la derecha no toleran que el poder pueda estar en manos de jefes de estado que tomen partido por los más pobres. Quieren imponerse por las buenas o por las malas.
Ya en España lo vivimos con el golpe de estado de Franco en 1936 contra la República legítimamente constituida. Y lo volvimos a vivir con el de Tejero en el Congreso el 23 de Febrero de 1981.
Por eso, uno mi voz a la de cuantos estos días han expresado su más enérgico rechazo al intento de golpe de Estado en Ecuador, felizmente frustrado.
Para que allí y en todos los sitios se respete lo que democráticamente decidieron las urnas.
Cádiz 3 de Octubre de 2010
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