FELIZ NAVIDAD 2020
El pueblo, que caminaba en tinieblas
vio una luz grande;
habitaban tierras de sombras
y una luz les brilló (Isaías 9,2)
Este año 2020 ha sido y es un año de caminar en tinieblas. El
Covid -19 ha hecho estragos en España y en todo el Mundo. Han
fallecido miles y miles de personas a las que ha habido que
despedir en solitario; miles y miles han perdido sus trabajos y
como consecuencia también muchos de ellos sus viviendas; miles
y miles de personas que necesitan un ingreso mínimo vital (IMV)
para poder subsistir, no han podido cobrarlo por los problemas
burocráticos; aumentan las colas del hambre para recoger
alimentos...
Pero hay una luz grande que ilumina….Para nosotros los
creyentes es Jesús de Nazaret, al que recordamos estos días en el
aniversario de su nacimiento:
“Hoy os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis
la señal: encontrareis un niño envuelto en pañales y recostado en
un pesebre”.
Este Jesús que optó por ser pobre, que escogió a sus discípulos
entre los sencillos, que no tenía nada y que aconsejaba a los
suyos: “No lleven nada para el camino, ni bolsa, ni pan, ni plata y
tengan un sólo vestido” y que vino a anunciar a los cautivos su
libertad y a traer la Buena Noticia a los pobres de su
liberación….
Su vida fue estar siempre con los empobrecidos, con los
excluidos de aquella sociedad, para sanarlos y hacerles el bien:
leprosos, poseídos, enfermos, prostitutas y anunciar un mensaje
de liberación, de fraternidad, de igualdad, de no discriminación
de los seres humanos, porque todos somos hijos del mismo Padre
y por tanto hermanos…
Este mensaje lo viven hoy muchos creyentes y no creyentes
también, cuando se esfuerzan en ayudar a los demás, a apoyar
sus luchas por sus legítimos derechos, muchas veces pisoteados…
Son innumerables los testimonios de grupos y colectivos que se
unen, más ahora con motivo de la pandemia, para recoger
alimentos para los que los necesitan, para hacer ollas populares,
como en Latinoamérica o comedores sociales para los que no
tienen que comer, para ayudar a los ancianos que viven en
soledad, para ayudar a los inmigrantes y refugiados, a las
personas sin techo ni hogar…También son muchos, creyentes o
no, los que luchan en colectivos sociales o políticos, para intentar
transformar la sociedad para que sea más justa y solidaria con
los más desfavorecidos. Y quienes denuncian todo tipo de
injusticias que se dan en la sociedad y también en la Iglesia.
Estas personas sí que son luz que iluminan las tinieblas de un
Mundo injusto e inhumano.
vio una luz grande;
y una luz les brilló (Isaías 9,2)
En esas personas que ayudan a los demás, está hoy naciendo de
nuevo Jesús. Ése es el sentido de la fiesta de Navidad: que
intentemos mirar a Jesús, para procurar imitarlo y seguirlo.
No son lo más importante las luces, las compras, los banquetes,
los regalos, las comidas copiosas…
Quizá este año sea un buen año para vivir la Navidad en lo
esencial, en lo verdaderamente importante: mirar a ese Jesús
nacido pobre, sin nada, que anunció un mensaje de fraternidad
y de igualdad entre los hombres.
El papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti ha sabido
actualizar este mensaje que tanto necesita nuestro mundo
actual: una nueva economía al servicio de todos, no de los que
más tienen. Una humanidad sin armas, que dedique esos
presupuestos fabulosos para erradicar el hambre en el Mundo.
Una humanidad fraterna, justa, amistosa y solidaria que esté al
servicio de los más desfavorecidos.
Éste es para mí el verdadero sentido de la Navidad.
Con estos sentimientos os deseo a todos/as unas
FELICES FIESTAS Y UN FELIZ AÑO 2021
Cordialmente: Juan
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