He leído dos veces el documento final del Sínodo que tiene 155
puntos y un total de 53 páginas.
He tenido paciencia para leerlo y releerlo y he querido hacer mi
reflexión personal, subrayando aquellos aspectos que podemos en
general valorar como esperanza y también los que nos llevan a
decepcionarnos con él.
¿ESPERANZA?
Valorar, previamente al documento, el que Francisco haya
posibilitado que todos los cristianos y cristianas del Mundo, también
hasta no creyentes, hayan podido participar enviando sus reflexiones
al Sínodo. Positivo también el método de participación en el mismo
Sínodo con presencia de mujeres y laicos entre una gran mayoría de
obispos y el sistema de mesas para debatir los temas.
El documento al leerlo, aunque mantiene en su contenido las
posiciones tradicionales de una Iglesia, conservadora en su gran
mayoría, tiene de fondo una música que suena bien. Veo un estilo de
redacción muy distinto a otros documentos eclesiales y se apuntan
también aportaciones que se ve que son del sector más abierto de la
Iglesia. Ya se sabe que los redactores tienen que recoger lo que
dicen unos y otros.
He anotado en mis apuntes algunas cuestiones de esa música que
“suena bien” y que os dejo aquí para quienes les interese.
Introducción: Del camino sinodal iniciado en 2021
Dice que el Camino sinodal iniciado en 2021 está produciendo ya
los frutos más preciosos en la vida de las familias, parroquias,
asociaciones y movimientos, pequeñas comunidades cristianas,
escuelas y comunidades religiosas. Habla ya desde el principio de
las pequeñas comunidades cristianas o comunidades de base. (7)
Parte 1ª: “El corazón de la sinodalidad”. Llamados por el
Espíritu a la conversión
Dice que en el corazón de Dios hay un lugar preferente para los
pobres, los marginados y excluídos y por tanto también en el de
la Iglesia (19)
Se solicita un grupo específico para ver qué hacer para que las
celebraciones litúrgicas sean más expresivas de la sinodalidad (27)
Sinodalidad es escuchar, discernir, decidir juntos (28)
La familia es el lugar privilegiado para experimentar las prácticas
esenciales de una iglesia sinodal: para escuchar, discernir y decidir
juntos (35)
La disponibilidad de escuchar a todos, especialmente a los pobres,
contrasta con un Mundo en el que la concentración de poder aisla a
los pobres, a los marginados, a las minorías y a la Tierra, nuestra
casa común (48)
Parte 2ª: “En la barca juntos”. La conversión de las relaciones
Debemos mirar al Evangelio para convertirnos y hacer nuestras las
actitudes de Jesús (51)
Los males del Mundo: las guerras y conflictos armados, el afán
lucrativo, las desigualdades, el racismo, la discriminación de los
discapacitados, la violación de derechos…..No acoger a
inmigrantes, destruir la Naturaleza. (54)
Hay que escuchar a las víctimas de los abusos para la sanación,
arrepentimiento, justicia y reconciliación (55)
Hay que escuchar a quienes sufren exclusión y marginación (56).
En el tema de las mujeres una de cal y otra de arena:
Que se aplique para las mujeres “las oportunidades previstas en la
legislación vigente” (que sabemos son discriminatorias y
machistas). No hay nada en las mujeres que las impida desempeñar
las funciones de liderazgo en las Iglesias. Sigue abierta la cuestión
del acceso de las mujeres al ministerio diaconal. (Pero de momento,
nada de nada) (60)
Sobre los obispos: La Asamblea sinodal desea que el Pueblo de Dios
tenga mas voz en la elección de obispos (70)
Sobre el clericalismo: El clericalismo genera un cisma en el cuerpo
eclesial que fomenta y ayuda a perpetuar muchos de los males que
hoy denunciamos. (75)
Ministerios no instituidos virtualmente como el coordinar una
pequeña comunidad eclesial, la de presidir celebraciones
dominicales sin presbítero… (76)
Los laicos ,as deben participar más en las decisiones eclesiales.
Hay que respetar los derechos de quienes trabajan como empleados
de la Iglesia (77)
Parte 3ª: Echar la red.- La conversión de los procesos.
En las decisiones eclesiales deben implicarse quienes se encuentran
en los márgenes de la comunidad cristiana y de la sociedad (82)
En las iglesias locales, “a partir de las pequeñas comunidades
eclesiales y de las parroquias hay que ofrecer oportunidades de
formación” (86)+
La autoridad debe rendir cuentas a la comunidad (99)
Debe haber un funcionamiento eficaz de los Consejos de Asuntos
Económicos (102)
Órganos de participación que ya contempla el C.D.C:
-Sínodo diocesano (canon 466)
-Consejo presbiteral (c. 500.2)
-Consejo Pastoral diocesano (c. 514,1)
- Consejo pastoral parroquial (c. 536)
- Consejo diocesano y pastoral para asuntos económicos (c. 493 y 537)
Ahí debe concretarse el proceso sinodal. (103)
En los órganos de participación deben participar mujeres, jóvenes y
quienes viven en pobreza o marginación (106)
Ya hay experiencias de participación en las Comunidades de Base.
(107)
La asamblea propone que se valorice más el Sínodo diocesano para
cuestiones relevantes de la iglesia local. También para la rendición
de cuentas. Deben reunirse lo más frecuentemente posible ( (108)
Parte 4ª: Una pesca abundante.
Las iglesias locales deben animar, apoyar y acompañar a quienes se
dedican a la misión en el ambiente digital (113)
La parroquia no debe estar centrada en sí misma, sino orientada a
la misión y llamada a apoyar el compromiso de tantas personas que,
de diferentes maneras viven y dan testimonio de su fe en su
profesión y en las actividades sociales, culturales y políticas..
En muchas regiones del Mundo, las pequeñas comunidades
cristianas o comunidades eclesiales de base son el terreno en el que
pueden florecer intensas relaciones de proximidad y reciprocidad,
ofreciendo la oportunidad de vivir concretamente la sinodalidad
(117)
La Iglesia...promueve la profecía de la cultura del encuentro, de la
justicia social, de la inclusión de los grupos marginados, de la
fraternidad entre los pueblos, del cuidado de la casa común, (121)
...hay que revalorizar la institución de los concilios particulares,
tanto provinciales como plenarios, cuya celebración periódica ha
sido una obligación durante gran parte de la historia de la Iglesia y
que están previstos por el derecho vigente en el ordenamiento
latino. Deberían convocarse periódicamente (129)
Parte 5ª: “También yo los envío”
La formación de los candidatos al ministerio ordenado se debe
configurar al estilo sinodal. Ésto significa que deben prever una
presencia significativa de figuras femeninas, una inserción en la
vida de las comunidades y una educación para colaborar con todos
en la Iglesia y practicar el discernimiento eclesial (148)
Hay que prestar atención al impacto del ambiente digital en los
procesos de aprendizaje...La cultura digital constituye una
dimensión crucial del testimonio de la Iglesia en la cultura
contemporánea, así como un cmapo misionero emergente. Es
necesario cuidar que el mensaje cristiano esté en la red de formas
fiables (149)
Los temas de la Doctrina Social de la Iglesia, el compromiso por la
paz y la justicia, el cuidado de la casa común y el diálogo
intercultural e interreligioso también deben ser mas difundidos en el
Pueblo de Dios para que la acción de los discípulos misioneros
incida en la construcción de un Mundo mas justo y fraterno.
El compromiso por la defensa de la vida y los derechos de la
persona, por el orden justo de la sociedad, por la dignidad del
trabajo, por una economía justa y solidaria, por una ecología
integral, forma parte de la misión evangelizadora que la Iglesia está
llamada a vivir y encarnar en la Historia (151)
Conclusión: Un banquete para todos los pueblos
Mientras se alimenta en la eucaristía del Cuerpo y de la sangre del
Señor, sabe que no puede olvidar a los pobres, a los últimos, a los
excluidos, a los que no conocen el amor y están sin esperanza, ni a
los que no creen en Dios o no se reconocen en ninguna religión
instituida. (153)
Pero….. DECEPCIÓN
No se recoge nada de lo que muchos grupos de base y personas
particulares enviamos al Sínodo, que son cuestiones de fondo que
deberían haber sido tratadas para dar una mayor credibilidad a la
Iglesia y para que ésta sea más fiel al Evangelio.
-Las actuales estructuras eclesiásticas están desfasadas. En la
práctica se sigue funcionando de modo muy vertical: del obispo al
párroco y de éste a los fieles. Los laicos no tienen el papel que
deben tener. Hay que democratizar más la Iglesia, volviendo a los
primeros siglos de la Iglesia cuando los fieles nombraban y
removían a los obispos y los presbíteros se nombraban a propuesta
de las mismas comunidades cristianas. Actualmente en no pocas
diócesis el obispo es como un dictador que “ordena y manda” y
nada se hace sin que él lo ordene. Y aquellos que cuestionen sus
decisiones poco evangélicas, son apartados o castigados.
El obispo no debería ser un señor feudal en su diócesis, de modo que
ni el Presidente de la Conferencia Episcopal puede llamarle al orden
si actúa de modo irregular o con actitudes antievangélicas, pues cada
obispo depende exclusivamente del Papa. El Papa lógicamente no
puede controlar todas las actuaciones de todos los obispos del
Mundo. Debería haber un sistema organizativo, más democrático, en
cada diócesis para controlar más las actuaciones de cada obispo para
que se ajusten a los criterios evangélicos y a la línea que va
marcando el Papa Francisco.
El sistema de nombramiento de obispos es nefasto. Hay que eliminar
el actual sistema de ternas. Deberían ser las comunidades cristianas
quienes propusieran posibles candidatos a obispos.
Los laicos deben tener mucho más protagonismo en la Iglesia, no
sólo siendo consultados, sino también en la toma de decisiones, de
forma más democrática.
El sistema de los actuales seminarios hay que eliminarlos. Los
candidatos a sacerdotes deben surgir de las mismas comunidades y
deberían ser personas de experiencia cristiana contrastada, sea
hombre o mujer, soltero o casado.
Ante el problema de la pederastia la jerarquía no puede ni debe
esconder la cabeza, sino colaborar con una comisión que de verdad
sea independiente y que asuma todas sus responsabilidades con las
víctimas y ponga remedio para que este tipo de hechos no se puedan
seguir dando.
Las ropas de cardenales, obispos, sacerdotes y religiosos/as deben
ser como la de las demás personas. Ese ropaje extraño y de otros
tiempos aleja a la gente. Jesús y los apóstoles vestían como los
demás, sin distinciones.
La comunidad de los discípulos de Jesús , que es la Iglesia, debe
estar al servicio de los pobres, impulsando sus luchas liberadoras y
tratando de aliviar su sufrimiento. Cierto el papel magnífico de las
Caritas en todo el Mundo y de Manos Unidas en países de misión,
igual que es magnífico el compromiso de tantos sacerdotes,
religiosas, religiosos y laicos en países empobrecidos. Como lo es el
compromiso de tantos cristianos y cristianas en diferentes lugares,
que están siempre ayudando a los pobres y comprometidos con sus
luchas liberadoras por una mayor justicia social.
Pero la Iglesia debería ir más allá, vendiendo muchas de sus
posesiones y riquezas para aliviar el hambre en el Mundo y
también los problemas de vivienda en tantos sitios… Las
personas sin techo, los desahuciados, los inmigrantes etc...deberían
encontrar en la Iglesia solución a sus problemas, aunque la
responsabilidad sea de las instituciones públicas.
Es un verdadero escándalo los más de 100.000 inmuebles
inmatriculados por la Iglesia en España, muchos de ellos sin la
debida documentación que acredite su propiedad. La
jerarquía debe pedir perdón por ello y devolver esos bienes a
sus legítimos dueños.
Es un verdadero problema para el hombre de hoy que la Iglesia
aparezca con unos criterios éticos muy retrógrados en temas tan
populares como el divorcio, las relaciones prematrimoniales, el
aborto, los matrimonios del mismo sexo, los divorciados vueltos
a casar etc...Esos criterios provocan un grave rechazo en la gente
pues la sociedad actual los tiene considerados como legítimos
derechos.
La gran mayoría de nuestra jerarquía aparece siempre muy ligada
en sus gestos y en sus declaraciones con las fuerzas más
conservadoras, lo que provoca el rechazo en sectores populares,
obreros, juveniles, feministas etc...Debe tener gestos y declaraciones
mucho más respetuosas con la pluralidad de opciones políticas
existentes en nuestra sociedad.
Es especialmente lamentable que en España determinados medios de
la Iglesia como COPE y 13TV aparezcan siempre en posiciones
afines a la derecha y ultraderecha en no pocos temas, como en su
juicio contra los inmigrantes, que ha merecido repetidamente la dura
crítica de Monseñor Agrelo ex arzobispo de Tánger.
Tampoco se entiende la dependencia económica de la Iglesia del
Estado que recibe anualmente unos 13.000 euros en distintos
conceptos, cuando en los mismos acuerdos Iglesia-Estado se
comprometía a ser autogestionada económicamente de modo
progresivo, lo que no se ha cumplido.
La Iglesia no debería codearse con dictadores y corruptos, que al
mismo tiempo, muchos de ellos presumen de ser cristianos (Trump,
Bolsonaro, Salvini etc.). Debe tener la valentía de desenmascararlos
públicamente y decir que no pueden presumir de ser cristianos.
Igualmente con los muchos casos de políticos corruptos a los que
hay que desenmascarar. No digamos de los narcotraficantes o
pederastas, incluídos sacerdotes y religiosos….
Las celebraciones de misas deberían adaptarse a los tiempos
tecnólogicos de hoy y utilizar más estos recursos para las homilías
que deben ser más breves y centradas en el evangelio, sin proclamas
de tipo político, casi siempre en línea muy de derecha y
conservadora.
Toda la liturgia (misas, bautismos, exequias, bodas...)
debe ser renovada y actualizada con expresiones mas sencillas y que
facilite mucho más la participación de la gente. Son ceremonias
aburridas que no dicen nada a nadie, especialmente a los más
jóvenes. La ropa de los que celebran debe ser sencilla y la forma de
celebración debería ser más circular (no un banco detrás de otro)
para que todos se vean y puedan intervenir.
En las celebraciones religiosas populares en la calle habría que
eliminar la presencia de autoridades, las tropas militares, tan ajenas
al sentido religioso y también habría que ir prescindiendo de tantas
riquezas de oro y plata de las imágenes. Deben ser celebraciones
estrictamente religiosas.
Un gravísimo problema que tiene la Iglesia es la discriminación de
las mujeres. El sínodo de obispos la gran mayoría son hombres. Los
sacerdotes todos son hombres, ninguna mujer. Ésto es un gravísimo
impedimento para el hombre de hoy que hace ya muchos años vive
en sociedades democráticas donde la mujer ocupa espacios de
responsabilidad igual que los hombres. Las mujeres en las primeras
comunidades cristianas tuvieron un gran protagonismo. En el actual
gobierno de España hay más mujeres que hombres.
La mujer debe tener en la Iglesia las mismas responsabilidades que
el hombre pudiendo acceder a cualquier tipo de responsabilidad
(diácono, sacerdotes, obispo, papa). Y por supuesto a cargos
importantes en las estructuras diocesanas.
A nivel mundial la Iglesia debería renunciar a ser un Estado, el
Vaticano debería ser cedido a la UNESCO para su gestión. Por tanto
se deben eliminar los nuncios, embajadores y personal diplomático
y guardia suiza. La Iglesia no tiene que ser un poder. En España la
Iglesia debe renunciar a los privilegios que le dan los actuales
acuerdos Iglesia- Estado y los obispos deben dar ejemplo vistiendo
como la gente normal y viviendo austeramente en cualquier piso
como los demás ciudadanos.
Hay hoy muchos inmuebles, como seminarios, hoy casi vacíos que
deberían ser cedidos para utilidad social o bien la misma Iglesia
darle un uso social para las personas más desfavorecidas. La Iglesia
debe ser pobre y para eso debe desprenderse de muchísimas de sus
propiedades.
Deben abandonar esos palacios episcopales, como Francisco se fue
a vivir a una sencilla residencia en Santa Marta. Ese ejemplo lo
deberían imitar todos. Deben también los cristianos participar
mucho más en movilizaciones populares que pretenden que se
cumplan los derechos humanos, la justicia, la paz, la libertad, los
derechos sociales y laborales, porque la Iglesia debe estar
comprometida con las causas del pueblo optando claramente por
ellas.
La Iglesia debe reconocer en la práctica a muchos colectivos
cristianos a los que hoy mantiene al margen y no reconocidos.
No se puede tolerar tanta discriminación con colectivos cristianos,
que llevan una trayectoria impecable desde hace muchos años,
sintiéndose Iglesia, pero que, por su sentido crítico con ciertas
actuaciones de la jerarquía, son excluídos e ignorados. Me refiero a
colectivos como MOCEOP, Comunidades Cristianas Populares,
Asociación de teólogos/as Juan XXIII, Revuelta de mujeres en la
Iglesia, asociación de mujeres católicas presbíteras, Asociación de
mujeres teólogas y muchísimos otros que nombrarlos sería excesivo.
Estos colectivos y muchos otros actualmente tienen muchas
dificultades para poder reunirse en locales de la Iglesia. Esta
discriminación debe desaparecer. No podemos tener relaciones
fraternas con miembros de otras confesiones religiosas y a estos
grupos católicos discriminarlos y negarles el pan y la sal.
Y es que se confunde la unidad en la Iglesia con la uniformidad.
Dentro de la necesaria unidad de la Iglesia se debe admitir una sana
diversidad y pluralidad de opciones teológicas y también reconocer
las posturas críticas ante determinadas actuaciones, declaraciones y
comportamientos de la jerarquía.
Hay que eliminar el clericalismo en la iglesia con una participación
mucho mayor de los laicos a todos los niveles y sobre todo de las
mujeres.
Habría que fomentar mucho más el movimiento de comunidades
eclesiales de base que deben ser reconocidas de modo oficial por la
Iglesia y no marginadas. El celibato debe ser opcional y la mujer
debe poder acceder a cualquier tipo de responsabilidad en la Iglesia,
incluyendo el presbiterado o episcopado.
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