El Jueves Santo es un día muy importante en la vida de un cristiano. Se conmemora un gesto muy importante que hizo Jesús con sus discípulos: lavarle los pies en actitud de servicio. A pesar que Pedro se quiso negar en redondo a ello porque no lo entendía. Pero ya Él lo había dicho en otra ocasión: el que quiera ser el primero que sea el servidor de todos.
Es por éso que el servicio a los demás, especialmente a los más necesitados, es una actitud fundamental para un verdadero creyente.
Hoy esa actitud de servicio no debe consistir en el lavado estricto de los pies, sino en una postura de saber ayudar a cuantos nos puedan necesitar: desde familiares, vecinos, amigos, hasta el compromiso social hacia los más desfavorecidos: parados, inmigrantes, enfermos, ancianos que no son bien atendidos por las instituciones, personas que no tienen para comer, trabajadores despedidos de sus empresas con gravísimos problemas económicos, problemas de los sin techo que duermen en la calle con frío, lluvia o tempestades, jóvenes sin perspectivas de futuro, personas dependientes que no tienen respuesta por parte de las administraciones etc..etc...
Servicio que también puede ser de tipo político para intentar cambiar los sistemas económicos injustos utilizando los recursos institucionales: ayuntamientos, diputaciones, autonomías, el Estado...
Otro hecho muy importante que recordamos este día es que Jesús nos dejó la eucaristía para que cuando Él se marchara, comiéramos el pan y el vino en su nombre, en recuerdo suyo. "Tomad y comed todos de él porque esto es mi cuerpo", "Tomad y bebed todos de él porque esta es mi sangre". "Cada vez que comáis de este pan y bebáis de este cáliz proclamáis la muerte del Señor".
Y en esta celebración de Jesús no sólo estaban los varones,tambien estaban las mujeres. No estaban sólo los célibes, casi todos estaban casados, no eran ritos extraños que nadie entendía, era una cena con los amigos....
Habría mucho que cambiar en las celebraciones de nuestras eucaristías para volver al estilo que Jesús le dio.
Y es que la actitud de servicio que Jesús enseñó a sus discípulos en el lavado de pies lo vivió hasta el final: hasta su muerte y una muerte de cruz, es decir, muerte de un malhechor.
Así ha sido en la historia de la Iglesia como muchos cristianos tuvieron esa actitud de servicio: dando su vida. Son muchos los mártires en los primeros siglos sobre todo, pero también en la actualidad. Por poner sólo un ejemplo: el martirtio de Óscar Romero, o de Ellacuría y varios seglares muertos con él. Y es que cuando se denuncia la tiranía del poder , la crueldad de la represión de los que gobiernan y el sufrimiento que ocasionan al pueblo inocente, los cristianos se hacen molestos para el sistema.
También en nuestra España, son muchos los que viven una actitud de compromiso, de lucha por la justicia, de defensa de los derechos humanos, creyentes y no creyentes que se unen y se organizan para luchar contra los desahucios, contra los abusos laborales, son duramente represaliados por un sistema que está para defender a los poderosos...
Por desgracia no veo a ningún obispo que sufra persecución por la defensa de estos derechos como sí lo sufren muchísimos ciudadanos. Sabemos que Jesús fue perseguido por el poder religioso y político de su tiempo y por eso lo mataron. No veo a ningún obispo en España sufrir persecución por el poder económico ni político, al revés, dan la imagen de estar más bien muy unidos al poder en busca de privilegios y beneficios económicos y viviendo algunos de ellos muy acomodados.
Jesús dio su vida por ser fiel a su misión. deberíamos reflexionar sobre todo esto que es el mensaje fundamental del jueves santo.
Ante esto, la verdad, los desfiles procesionales de vírgenes y cristos cargados de oro y plata, de militares desfilando con sus armas junto a los pasos y la presencia de militares y políticos , algunos de ellos corruptos, me hace rechinar los dientes.
Semana Santa que está siriviendo de atractivo turístico, pero donde se olvida lo fundamental de su mensaje.
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