sábado, 26 de septiembre de 2020

ASISTÍ AYER A LA CHARLA SOBRE FERMÍN SALVOCHEA EN LA PLAZA DE LORETO. Juan Cejudo


Este año eran tres las entidades que convocaban el acto: La Asociación de Vecinos de Loreto, la Asociación de amigos/as Fermín Salvochea y el Ateneo Libertario Fermín Salvochea.

Abrió el acto el Presidente de la Asociación de Vecinos quien presentó a Juan Villa y a los demás componentes de la mesa.



Buena asistencia, mejor que la del año anterior. Unas 30 personas hemos estado en el acto, consistente en una ofrenda floral en el busto de Fermín Salvochea y una charla-coloquio, que este año ha sido a cargo de Juan Villa, buzo de profesión y guía turístico voluntario en el Museo provincial de Cádiz y en los museos municipal y catedralicio de nuestra ciudad.






Una compañera fue la encargada de colocar el ramo de claveles en el busto de Fermín antes del comienzo de la charla.






Debo decir que conozco a Juan y a su mujer desde hace cerca de 50 años, en los primeros años de la década de los 70 del siglo pasado. Tenemos muchos recuerdos en común.



Juan  ha sido militante de la CNT y se siente muy implicado con la figura de este gran gaditano, pues su madre tenía 7 años cuando falleció Salvochea y le contaba cosas que, posiblemente, a ella se lo contaran sus padres: que Salvochea era un hombre muy bueno, que lo daba todo a los pobres, que se bañaba desnudo en La Caleta, que hablaba siempre muy fino, con una voz melíflua y que puso un cañón en la Plaza de S. Juan de Dios para hacer frente al ejército.



Juan nos fue desgranando muchas de las facetas de Salvochea y sus raíces familiares: sus bisabuelos, su abuelo y su padre todos ellos comerciantes, hombres de negocios y bien situados. El padre de Fermín lo envió a Londres a estudiar comercio y a perfeccionar el inglés que ya había aprendido en el colegio de San Felipe Neri de Cádiz. Allí conectaría pronto con Owen, con Paine y con Bradlaugh. De Paine tomaría lo que sería el lema de su vida: "Mi patria es el Mundo, mi religión hacer el bien, mi familia, la humanidad"



Nos contó cómo, a la vuelta de Londres, Salvochea entra en contacto en Cádiz con elementos políticos críticos con la monarquía, entra en el partido republicano y lucha junto a otros por derrocar el sistema monárquico, que era nefasto para los intereses populares. Es en Cádiz donde comienza la revolución para derrocar a Isabel II, que al fin es desalojada del poder. Entra la República, pero la República traiciona los intereses populares por los que Salvochea y otros tanto habían luchado y arriesgado su vida y se siente traicionado por esta República burguesa.



Salvochea deja la política con aquella su célebre frase: "nada puede ya esperarse de la política" y se hace anarquista. En el año 1871 se adhiere a la A.I.T (Asociación Internacional de Trabajadores).

Declinó el ofrecimiento que le hicieron para ir en las listas del partido Republicano para las elecciones. Sería elegido alcalde de Cadiz y después presidente del Cantón. En  sólo 5 meses hizo muchas cosas, como la construcción de la actual Plaza de Candelaria, derribando el convento en ruinas de las agustinas.

Dijo que Salvochea era anticlerical y tuvo sus duros enfrentamientos con el obispo. Difundió la prensa obrera que él mismo editaba, con el periódico "El Socialismo". Y comentó cómo murió, a consecuencia de una caída, pues dormía sobre una tabla, pues dio su camastro a alguien que no tenía dónde dormir y cómo toda la ciudad le acompañó en su entierro, en un día de lluvia infernal. El féretro tuvo que refugiarse en el Ayuntamiento y se hizo popular el dicho "llueve más que el día que murió el bigotes" (Salvochea).



Juan se emocionó varias veces y se le saltaron las lágrimas hablando de la figura de Salvochea y del anarquismo al que definió como el orden perfecto, en contraposición con la democracia burguesa donde unos mandan y los demás tienen que obedecer.

Desde el público, al final algunos intervenimos para aclarar algunas cuestiones de la charla. También desde la mesa intervino el compañero que representaba al Ateneo Libertario para dejar claro que ya Salvochea, desde su estancia en Londres, tuvo las influencias  anarquistas de Owen.

Me pareció una charla muy amena sobre la vida de Fermín. Interesantes las anécdotas sobre los comentarios de la madre de Juan sobre él. Especialmente emocionante ver cómo Juan vivía lo que estaba contando y lo sentía hondo en su corazón pues llegó a emocionarse varias veces sin poder apenas seguir hablando.


Bastante positiva la asistencia que estuvo escuchando con atención con las debidas medidas de seguridad: distancia, mascarillas y gel hidroalcohólico.

Se repartieron varios libros del librito "Ruta de Fermín Salvochea" de Manuel Pérez Marente, que editó la Asociación de Amigos/as de Fermín Salvochea hace algunos años.

Y empezamos ya a preparar el acto del próximo año...

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Fotos: Juan Cejudo y Francisco Cornejo del Río

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