MI REFLEXIÓN DE DOMINGO DE RAMOS 2022. Juan Cejudo

Con el Domingo de Ramos comienza la llamada Semana Santa. Son unos días intensos en los que se vive la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.

Una pasión y muerte que ya se veía de venir. Jesús fue para las autoridades religiosas y políticas un provocador, una persona que soliviantaba a las masas, una persona peligrosa para el poder romano y especialmente para el religioso. Los evangelios están llenos de citas que lo confirman. Y es que Jesús optó por los más pobres, los que no tenían nada. "El Espíritu del Señor está sobre Mí porque Él me envió a anunciar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar a los cautivos la libertad...a despedir libres a los oprimidos....". 

Fue su primera intervención en la sinagoga de Nazaret...Se indignaron contra él y quisieron arrojarlo por un barranco. Jesús rompería muchas leyes judías que Él consideraba absurdas y antihumanas. Le criticaban que sus discípulos no ayunaban, que en sábado arrancaban espigas para comer algo cuando en sábado estaba prohibido..., curaba a los enfermos en sábado..y los escribas y fariseos estaban furiosos contra Él.

También atacaba a los ricos "¡Qué dificilmente entrarán en el Reino de Dios los que tienen riqueza!"

A los fariseos los atacaba muy duramente siempre. Les llamaba "estúpidos" y "sepulcros blanqueados" entre otras cosas. Era lógico que desde el principio fueran a  por él. Además se atrevía a hablar con  una mujer samaritana (los samaritanos eran enemigos de los judíos y además ella era mujer).

Él era seguido por las masas a las que hablaba y atendía; curaba de sus  dolencias a los enfermos...Era un mensaje de esperanza, de fraternidad, de libertad, de igualdad porque todos somos hijos del mismo Padre. Por eso andaban queriendo detenerle, aunque no querían hacerlo durante las Fiestas para que el pueblo no se alborotase...

El Evangelio de este Domingo de Ramos, del ciclo C,  es del evangelista Lucas, donde se narra desde la entrada en Jerusalén en un pollino hasta su Pasión y Muerte que todos conocemos.

Antes de entrar en Jerusalén, Jesús había estado en el Templo y se había enfrentado a los que vendían y compraban en los patios, derribó las mesas y los puestos de palomas y les dijo "Mi casa será llamada casa de oración y vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones". Ésto no se lo perdonarían y sería la gota que colmaría  el vaso. Los sacerdotes principales y los maestros de la Ley se indignaron enormemente.  Decían que debía morir por el bien del Pueblo. Hay que tener en cuenta que el Templo era el centro de la vida comercial  de la ciudad y Jesús con su actitud había ido contra ese centro de poder económico que controlaba el poder religioso..

Por eso al fin lo detuvieron, lo llevan al Sumo Sacerdote y después deciden llevarlo a Pilatos, quien  quiso dejarle en libertad, pues hasta por tres veces no encontraba ningún motivo de culpa. Pero allí estaban los sumos sacerdotes y los letrados acusándole y al fin Pilato cedió y se los entregó para que lo mataran. Jesús sufrió muchísimo antes de morir y llegó a sentir hasta el abandono de Dios su Padre.

Pero sus últimas palabras fueron para entregar su espíritu en las manos de su Padre.

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REFLEXIÓN:

Cristo hoy sigue muriendo de muchas formas. Muere en los miles y miles de personas, en la guerra de Ucrania, pero también en las más de 30 otras guerras silenciadas por la opinión pública occidental, por no estar en nuestra próspera Europa.: en Palestina, en Yemen, en Sudán, en Siria, en Nigeria..en otros muchos países africanos, latinoamericanos o asiáticos..

Cristo ha estado muriendo en nuestras residencias de mayores, abandonados, sin la debida atención, en soledad...Muere en los miles y miles de inmigrantes que intentan cruzar el Mediterráneo o el Atlántico para querer llegar a Europa...muere en las personas sin techo, tan faltas de cuidados y atención sanitaria...mueren poco a poco en tantas y tantas personas que por diversos motivos van muriendo de tristeza, de soledad, de abandono, de falta de atenciones sociales...

La muerte de Cristo fue la semilla de su Resurrección. Él apostó por la vida, por la lucha contra todo sufrimiento, por querer anunciarnos su Buena Noticia: un mundo de hermanos, de iguales, de seres libres, con la misma dignidad....Apostar por ese mensaje es nuestra responsabilidad como cristianos. En este sentido los mensajes de Francisco, a pesar de los conflictos bélicos y las injusticias, son muy esperanzadores y sembradores de ilusión, para  que entre todos construyamos  ese mundo de amistad social y de fraternidad, de cuidado de la Madre Tierra, que es tan necesario.