miércoles, 13 de abril de 2022

MIS VIVENCIAS Y REFLEXIONES EN ESTE JUEVES SANTO 2022. Juan Cejudo

 





TRES MANDATOS DE JESÚS A SUS DISCÍPULOS:


1.- CELEBRAR LA CENA DEL SEÑOR, LA EUCARISTÍA


En la misa vespertina de la Cena del Señor el apóstol Pablo en su carta a los Corintios nos dice que Jesús, la noche en que iba ser entregado, tomó pan, pronunció las palabras de Acción de gracias y dijo: “Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros. Haced ésto en memoria mía”. Y lo mismo con el cáliz cuando dijo: “Éste cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced ésto cada vez que bebáis, en memoria mía”. Cada vez que coméis de este pan y bebéis de este cáliz proclamáis la muerte del Señor hasta que vuelva”.


La Eucaristía es fundamental en la vida de un cristiano. Jesús celebra con una cena, con una comida ¿Qué cena hay en las misas de ahora? Todo se ha reducido a tomar una fina hostia que en nada se parece a aquel pan. El vino ha desaparecido...Los fieles unos detrás de otros, sin verse las caras...todo el protagonismo para el sacerdote. ¿Dónde está el protagonismo de la comunidad?




La mayoría de los que asisten, posiblemente lo hagan por cumplir con una obligación o para cumplir con el precepto. En muchas partes del Mundo este precepto de Jesús no puede ser cumplido porque falta un sacerdote célibe que presida esa misa...¿Los primeros apóstoles no estaban casados?


Eucaristía es celebrar la memoria de Jesús, al que mataron las autoridades religiosas y políticas por ser un subversivo, un revolucionario, al que las masas seguían, por defender la dignidad de todos los seres humanos, que siempre estuvo al lado de los más empobrecidos y les sanaba de sus dolencias, que se enfrentó a aquellos dirigentes políticos y religiosos y que por eso lo mataron...Celebrar la Eucaristía, la Cena del Señor es éso: mirar a Jesús para intentar imitarle.



2.- DEBEMOS LAVARNOS LOS PIES UNOS A OTROS, ES DECIR, DEBEMOS AYUDARNOS Y AYUDAR A LOS DEMÁS


La lectura del evangelio de este día es de San Juan en el capítulo 13, 1-15.

En él Jesús celebra la cena con sus discípulos y las mujeres que le siempre le seguían, su última cena y tiene un gesto muy importante: se quita el manto, toma una toalla y se la ciñe, echa agua en un barreño y se pone a lavarle los pies a los discípulos. Hay que tener en cuenta que en aquellos tiempos se andaba con sandalia y cuando alguien llegaba a la casa, como señal de buena acogida, se mandaba a un esclavo a lavar los pies de esa persona, como señal de ser bien acogido y recibido. Lavar los pies era algo propio de esclavos.


De ahí que Pedro se rebele y se niegue a que Jesús se los lave. Pedro no entiende nada. Jesús, cuando termina, se vuelve a poner el manto y les explica lo que ha hecho: vosotros me llamáis “El Maestro” y el “Señor”. Pues si yo “El Maestro” y el “Señor” os he lavado los pies a vosotros, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Es decir hay que tener una actitud de servicio hacia los demás, desde la humildad. Hay que apoyar a los demás cuando lo necesiten. Debemos apoyarnos mutuamente.




Ésa es una actitud fundamental en un cristiano, en un seguidor de Jesús.


Sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor para estar atentos a tener una actitud de servicio a los demás: mirar hacia nuestros familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo o pensionistas, personas en exclusión social, personas abandonadas, personas necesitadas, que en estos tiempos de pandemia han ido lamentablemente aumentando.






También esta actitud de servicio a los demás tiene una dimensión social más amplia: apoyo a colectivos sociales en lucha por derechos humanos fundamentales conculcados, por derechos laborales, sociales, culturales… Como dice José M.ª Castillo en su libro “El evangelio marginado”, el centro y la clave del cristianismo se resume en la honradez, la honestidad, la práctica de la justicia, la transparencia de la propia vida, la bondad con todos, la coherencia íntegra, la misericordia, la responsabilidad en el trabajo y en la lucha por los más desamparados de este mundo, la ternura con todos y sobre todo con los últimos, con los que no piensan como yo, la capacidad de perdonar y de hacer siempre lo posible para contagiar felicidad. Esto es el ser del cristianismo.


Por último en aquella última cena de Jesús con sus discípulos, en aquella charla larga de despedida, que narra Juan en el capítulo 13, aunque no lo recoge el Evangelio de este día, que sólo llega hasta el versículo 15 de los 38 que tiene, hay un tercer mandato muy, muy importante:



3.- DEBEMOS AMARNOS UNOS A OTROS Y AMAR A TODO EL MUNDO


"Les doy este mandamiento nuevo: que se amen unos a otros. Ustedes se amarán unos a otros como yo los he amado. Así reconocerán todos que ustedes son mis discípulos: si se aman unos a otros"


Hoy, en muchas partes del Mundo, hay numerosas iniciativas de personas, grupos y comunidades cristianas que demuestran cada día su amor a los demás: acogiendo a refugiados e inmigrantes, a ucranianos ahora, ayudando para que otros puedan comer, dando ropa a quien no la tiene, ayudando a enfermos y personas en exclusión social: parados, personas sin techo, personas ancianas que viven sólas…Muchos de ellos lo hacen en países del tercer Mundo, dando un testimonio de amor y entrega extraordinarios.


Otros muchos lo expresan, junto con personas no creyentes, en compromisos sociales: por los derechos de los inmigrantes, pensionistas, trabajadores, personas desempleadas, mujeres víctimas de violencia de género y en definitiva por todo los que luchan por un Mundo más justo e igualitario, porque todos somos hermanos y debemos vivir con dignidad como Jesús quería.




Pero hay muchos que presumen de ser cristianos, que son en su práctica diaria contrarios a los valores del Evangelio. Es imposible ser cristiano y ser un corrupto, quedándose con el dinero que es de todos y necesario para tantas cosas, por puro egoísmo. Es imposible ser cristiano y ser xenófobo o racista. Pienso en no pocos políticos que utilizan la Biblia, el Crucifijo y a Dios para hacer campañas electorales con actitudes contrarias al evangelio...Éso no es amar al prójimo, éso no es ser cristiano y hay que denunciarlo. Tampoco se puede pregonar ser cristiano, por mucha autoridad religiosa que se tenga, si se practica la pederastia, si se está a favor de las guerras o a favor destruir la naturaleza y el medio ambiente.




                                                                Donald Trump



                                                               Bolsonaro


Éstos son mis sentimientos y mis reflexiones leyendo las lecturas de este Jueves Santo que me gusta compartir con vosotros.


Animémonos a seguir los tres preceptos de Jesús en este día de Jueves Santo.



2 comentarios:

Pepelu dijo...

Gracias Juan por esta reflexión que nos ayuda a mirar hacia nuestro interior en esa triple dimensión de palabra, liturgia y comunidad. Qué el Espíritu Santo nos dé la fortaleza necesaria para seguir adelante con nuestra tarea profética de anunciar el Reino de Dios y denunciar las injusticias que vemos a nuestro alrededor. Pepelu desde BARBASTRO (Huesca) España 🙏🪔😇💪🛐✡️✝️📜🧑‍🦯🧑‍🦼👪

Juan Cejudo dijo...

Muchas gracias Pepelu. Un abrazo