jueves, 2 de septiembre de 2010

El teólogo Arregui decide dejar de ser franciscano. Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares

Se veía venir. Como ha pasado con otros tantos teólogos en la Iglesia, los enfrentamientos, en este caso con el Obispo Munilla, le obligan a hacerlo.

Sabemos de las presiones que su superior tuvo que soportar por parte del obispo, que amenazó con el silencio definitivo de Arregui o su deportación a algún país latinoamericano porque era “agua turbia que contamina” .




Todo, porque Arregui tuvo el atrevimiento de decir en público que Munilla no era el obispo que necesitaba la diócesis vasca por sus posiciones ultraconservadoras. Pero era el obispo que Rouco quería para la diócesis de S. Sebastián. Era de su línea.

Recordamos aquella carpeta famosa con el nombre de “mafia” que Arregui denunció donde había una relación detallada de personas que quedaban “marcadas” por el Obispo como descartables para colaborar con él y que Arregui denunció públicamente.

Ahora se ve obligado a dejar de ser franciscano , aunque su espíritu franciscano seguirá siendo el mismo, ahora sin hábitos.


Quisiera decirle a Arregui: bienvenido al espacio laical donde se vive más plenamente la libertad para vivir la fe, poder expresarse, escribir, y compartir con la gran masa de laicos en la Iglesia, sin la presión directa del superior de la orden o del obispo de turno que te persigue y acosa por decir con libertad lo que crees y lo que piensas. Sin peligro de contaminar de “aguas turbias” a nadie, al revés, en medio del pueblo de Dios y del Mundo, contaminando de “aguas claras y cristalinas” a tantos como estamos contigo y nos beneficiamos de tus escritos y tu teología, como diría Catillo, ya “sin censura”.

En estos momentos, seguramente difíciles, desearte todo el ánimo del mundo para que sigas siendo, como siempre, tú mismo. Haciendo las mismas cosas. Antes en tu comunidad franciscana, ahora podrás hacerlo, con tu espíritu franciscano, en alguna de las muchas comunidades de base que existen en tantas partes del País Vasco y de España.

Ellas se enriquecerán con tus aportaciones y tú comprobarás que tu fe se refuerza, se pone más a ras de tierra, donde se viven más de cerca los problemas cotidianos que tenemos la mayoría de los mortales: el problema de encontrar empleo, de la vivienda, de la convivencia ciudadana en un bloque de vecinos o en un barrio, la angustia de llegar a fin de mes con un sueldo ajustado…

Desde aquí también mi denuncia para el Obispo Munilla que ha provocado esta situación verdaderamente vergonzante para un pastor de la Iglesia que no es capaz de aceptar un pluralismo de pensamiento teológico en su diócesis, sino que pretende ir aplicando la lista de aquella carpeta “mafia”, quitando de en medio a uno de los que más le estorbaban.

No son los métodos inquisitoriales y caciquiles los que deberían tener los pastores de la Iglesia, sino los del diálogo, la comprensión, el acercamiento a todos y la convivencia incluso con los que no comparten su forma de pensar.

Cádiz, 2 de Septiembre de 2010

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