lunes, 20 de agosto de 2018
VISITA GUIADA AL LUGAR DE LA EXPLOSIÓN Y HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS. Juan Cejudo
La hora anunciada para la visita al lugar de la Explosión era las 8,30 de la tarde. Llegué a las 8,05 y ya había una larga cola, porque se sabía que el cupo previsto era de 80 personas. Así que no pude entrar en el primero y hubo que esperar a las 9 de la noche para poder entrar en el 2º turno.
Calculé en unas 250 personas aproximadamente, el número de visitantes ...
Una visita de nuevo para recordar aquella trágica noche. Comprendo que, para quien no haya sufrido directamente las consecuencias de un suceso como éste, le costará trabajo entender que a muchos de nosotros nos impacte muy fuertemente recordar todo aquello. Para mi es como si lo estuviera viviendo en 1947. Fue un suceso que nos marcaría profundamente nuestras vidas: la de mi madre, la de mi hermana y la mía, aunque también debo decir que, gracias a Dios, pudimos salir adelante, sobre todo, gracias a la ayuda de un hermano de mi madre que estaba de cura en San Roque donde nos fuimos a vivir con él...
Especialmente intenso para mí estar en el mismo lugar donde mi padre estaba cenando aquella noche a las 9,45 ....Enfrente, aquel segundo almacén de bombas que no llegaría a estallar gracias al valor de Pery Junquera y aquel grupo de marineros que, echando tierra (porque no había agua) lograron apagar los focos de incendios que estaban activos junto a las bombas.
Recuerdo perfectamente haber ido con mi madre a ver a mi padre y pasar por delante de las bombas de aquel almacén nº 2 ( el nº 1 fue el que explotó) y tocar con mis dedos aquellos "pinchos" (detonadores) de las bombas submarinas.
Impresionante, escuchar a José Antonio Aparicio comentar todos los pormenores de aquella tragedia, como los de aquellos dos vigilantes del almacén nº 1 donde explotaron 1074 minas submarinas y 596 cargas de profundidad y otros elementos. Aquellos dos vigilantes desaparecieron literalmente. Posteriormente, aparecerían algunos de sus restos colgados de los altos árboles que había enfrente.
Mi padre aquella noche no le tocaba la guardia. Según le dijo a mi madre, quiso ir porque coincidía de turno con un buen amigo suyo, que, como dice Aparicio en su libro, no pudo ser otro que Alejandro Goma Barahona.
Mi padre, antes de ir aquella noche al trabajo estaba echando algunas horas extras en un taller de mecánica que había en la Cuesta de las Calesas. Un compañero de mi padre de aquel taller, que aún vive y era aprendiz entonces, me decía que su padre, que era el dueño del taller quiso retenerlo allí para que siguiera echando horas porque lo necesitaba. Se ofreció a hablar con el jefe de la marina porque era amigo suyo para que lo dejara allí en el taller, pero dice que mi padre le dijo que no quería tener problemas con nadie en el trabajo..y se marchó a hacer su turno de guardia en Lanchas Rápidas...
Cuando sonó la explosión, mi padre estaba cenando con su oficial Alejandro y el repostero José Abad les servía la comida. Mi padre era oficial 1ª de ajustador mecánico . Todo se vino abajo en unos segundos e intentaron meterse debajo de la mesa, pero una pesada viga le cayó a mi padre en la parte de atrás de la cabeza, haciéndole un boquete y sangrando. Alejandro murió al instante y mi padre y el repostero quedaron aprisionados, sin poder mover los brazos. Mi padre le pedía a José, que tenía un brazo libre, que si podía ayudarle para sacarle al menos un brazo, pero José no podía ni ayudarse a sí mismo.
Estaban uno junto al otro...Mi padre, pienso, sabiendo que le quedaba poco de vida le dijo al repostero: "Si tú sales vivo de aquí, llégate a mi casa y dile a mujer que la quiero mucho y también a mis hijos". José vio como mi padre dejaba de hablar y moría dejando caer su cabeza sobre su hombro.
José tardó 3 horas en ser rescatado y estuvo ingresado tres meses en el hospital. Cuando salió de alta, fue a mi casa a cumplir el encargo . Yo recuerdo vagamente la figura de un hombre menudo, nervioso, que estuvo hablando con mi madre y que estuvo poco tiempo. de visita. Con toda seguridad ese hombre que yo recuerdo debió ser el repostero que fue a cumplir el encargo de mi padre, porque mi madre así me lo dijo años más tarde.
Guardo también como oro en paño un bonito recuerdo que quiero compartir con vosotros relacionado con la Explosión.
Mi padre había encargado en un taller de bicicletas en la Plaza de la Candelaria, cerca de Sacramento (creo recordar que el hombre se llamaba Cayetano), pues nosotros vivíamos en la Calle Bilbao, había encargado digo, una bicicleta para mis próximos Reyes en Enero de 1948. Mi padre no pudo regalarme aquella bicicleta, pero los compañeros de mi padre debieron hacer una colecta entre todos y pagar o terminar de pagar la bicicleta.
Se la llevaron a mi madre antes del día de Reyes con una nota escrita por ellos que ponía: "Un recuerdo de los compañeros de tu padre. Enero de 1948"
Conservo esa pequeña tarjeta como un precioso detalle de solidaridad de los compañeros de mi padre hacia mí, tan ajeno a todo...
José Antonio precisamente, terminaría la visita haciendo ver la enorme solidaridad que se desplegó en Cádiz por parte de todos, ayudando a rescatar muertos y heridos y ayudándose unos a otros de muchas formas.
A las 9,45 de la noche tuvo lugar el homenaje a las víctimas. Empezó leyendo José Antonio una sentida reseña de lo que había significado aquella tragedia enorme para tantísimas víctimas que no puedo exponer aquí para no alargar.
Martín Vila empezó la lectura del nombre y apellidos de las víctimas que fue turnándose con otras personas que estaban junto al pequeño monolito homenaje a las víctimas.
Ví representantes de Ganar Cádiz en Común, de PSOE, de Ciudadanos y de P.P. No ví (al menos no los conozco yo) a concejales de PCSSP. Tampoco los ví en la Exposición. No sé los motivos de esta, para mi, significativa ausencia. Supongo que tendrán sus motivos que yo desconozco.
Para terminar, algunas de las víctimas depositaron al pie del monolito algunas coronas de flores entre el aplauso de todos.
Pero sí notaba la gran diferencia de tratamiento con los 16 muertos en Barcelona y Cambrils con presencia del Jefe del Estado, del Presidente del Gobierno, del Presidente de la Generalitat y de la alcaldesa de Barcelona entre otros....
Creo que la ciudad de Cádiz, la Junta de Andalucía y el Estado deben dar la verdadera importancia que tuvo esta tragedia y volcarse al máximo para seguir conmemorando este día, aunque hayan pasado 71 años.
Aunque soy consciente que en estos últimos años se ha mejorado muchísimo la forma de conmemorar esta tragedia.
Las víctimas seguiremos pidiendo justicia como ya dije en mi anterior spot que se puede recordar aquí: https://juancejudo.blogspot.com/2018/08/visita-guiada-la-exposicion-sobre-la.html
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