domingo, 19 de agosto de 2018

VISITA GUIADA A LA EXPOSICIÓN SOBRE LA EXPLOSIÓN DE CÁDIZ EN EL CASTILLO DE SANTA CATALINA. Juan Cejudo




Ayer asistí, junto con mi primo y su mujer, a la Exposición sobre la Explosión de Cádiz que, de manera permanente, está ubicada en el Castillo de Santa Catalina.

Lo inauguró oficialmente Eva Tubio, concejala de cultura, en nombre del Ayuntamiento de Cádiz, con un año de retraso, pues el año pasado hubo de ser suspendido por los sucesos trágicos  de Barcelona y Cambrils.

Decir que hubo una importante asistencia de público: más de 120 personas




Después de decir Eva unas palabras, pasó el micrófono a Fran Gonzalez quien, como él mismo dijo, estaba allí  representando a la Diputación de Cádiz, pues durante este año, esta institución ha hecho algunas donaciones importantes al Museo como luego explicaría José Antonio Aparicio. También estuvo presente Martín Vila.

Aparicio tomó el micrófono para ir explicando paso  a paso, foto por foto, todos los pormenores de la Exposición aunque todas y cada una de ellas no podré exponer aquí para no alargar. Insistió José Antonio en resaltar las últimas donaciones que diversas entidades, como Diputación,  y particulares han ido donando durante este último año a la exposición como una mesa y un espejo y unos documentos sobre la recogida de la colecta y la relación de niños fallecidos en el Sanatorio Madre de Dios y Casa Cuna.




También algunas donaciones de los Caballeros Hospitalarios y de otras personas.

Pero sí voy a comentar algunas que, para mí fueron bastante importantes...aunque ya las conocía por las charlas que le he escuchado y por su magnífico libro sobre la Explosión de Cádiz que vivamente recomiendo: "El amanecer de un Cádiz desolado".

La foto del teniente coronel de la Armada D. Manuel Bescós Lasierra, quien, en el año 1943 fue nombrado por el Ministerio de Marina para inspeccionar los polvorines del Departamento Marítimo de Cádiz, ante el peligro de poder entrar en conflicto bélico en la Segunda Guerra Mundial.

El resultado de aquel informe no pudo ser más contundente,  claro y demoledor: todos los polvorines del Departamento Marítimo de Cádiz debían ser llevados a un lugar más idóneo pues siempre hay riesgo de explosión y no pueden  estar en lugares donde hay aglomeración  de población.

No le hicieron ningún caso y los polvorines siguieron allí...Y 4 años más tarde, sus predicciones se cumplieron y las bombas y cargas de profundidad estallaron en Cádiz ocasionando 150         muertos y más de 10.000  heridos y centenares y centenares de casas destruidas...



Las bombas causantes de la tragedia fueron unas bombas de fabricación alemana, la W B D , al parecer descargadas por buques italianos, que contenían, no trilita, como era lo habitual, sino algodón pólvora, una sustancia que se descompone con el tiempo y que explosiona. Nunca debieron estar allí esas bombas y muchísimo menos deberían haber estado aquellas bombas alemanas cargadas con pólvora que ocasionaron la tragedia.






Resaltar la foto de mi padre y su compañero el oficial Alejandro Goma Barahona. La mala suerte quiso que aquella noche estuviera mi padre de turno aunque no le tocaba. Siempre mi madre me lo comentaba. Me decía que él le dijo que quiso ir esa noche porque estaba de guardia un amigo suyo con el que se llevaba muy bien y se cambió sin que le tocara.

También es cierto, como ha investigado José Antonio, que aquella noche había habido problema con los turnos y se nombraron personas que no tenían que ir y al final hubo que hacerlos bien y rectificar...

Sea lo que sea, mi padre estaba allí aquella noche, cenando, a menos de 20 metros de donde explotaron las bombas y quedó aprisionado por los escombros sin poder mover los brazos. 

También quedaron aprisionados, debajo de la mesa, el repostero y su jefe Goma Barahona. Este último murió en el acto y el repostero quedó a su lado sin poder tampoco moverse..Mi padre tardaría unos 10 minutos en morir. Hablaba con el repostero para ver si podía ayudarle a librar al menos un brazo, pero no podía...

Una viga le había roto la parte posterior de la cabeza y se fue desangrando... Antes de morir le diría al repostero:
"Si tú sales vivo de aquí, llégate a mi casa y dile a mi mujer que la quiero mucho y también a mis hijos".

Recuerdo como en nebulosa (yo tenía 6 años) a un hombre menudo de cuerpo, que estuvo en mi casa hablando con mi madre y tardó muy poco tiempo en irse...Debió de ser el repostero que fue a cumplir su encargo, cuando salió del hospital, donde estuvo ingresado varios meses..Mi madre me contó esa historia   que me llega al alma...  Es el último recuerdo que tengo de mi padre .

Me hice unas fotos con mi padre al fondo  y también mi primo con su tío Ramón  ...     

Resaltar como muy positivo que estas actividades se sigan realizando cada año para mantener viva la memoria  de una tragedia que debió de ser evitada y de la que, al día de hoy, nadie se ha hecho responsable .

No se ha hecho justicia con las víctimas. No ha habido indemnizaciones , tan solo algunas aportaciones que en su día se hicieron en unas colectas públicas.

Tampoco se le ha hecho justicia a la ciudad de Cádiz, tan marcada por aquella explosión.

Ni quizá Cádiz le haya dado a este acontecimiento el tratamiento que se merece. Está bien ese pequeño monolito en homenaje a las víctimas, pero, de verdad, me parece un poco ridículo. Cádiz se merece otra cosa mucho más digna, más amplia, donde estén todos los nombres de las víctimas, como se ha hecho en lugares donde ha habido tragedias con muchos menos muertos...





Instituciones como la Marina, el Estado, La Junta de Andalucía deberían colaborar para hacer un monumento mucho más digno a las víctimas...

Pienso que lo menos que debería hacer la Marina o el Estado es ceder alguna de las instalaciones del Instituto Hidrográfico para poner allí, de manera permanente, el Museo de la Explosión de Cádiz. ¡Qué menos! Y allí también debería ir ese monumento mucho más amplio, mucho más digno a la víctimas...

Aunque también es justo resaltar que estos últimos años se está conmemorando este aniversario de modo mucho mejor que en años anteriores y que la existencia del Museo en Santa Catalina y la edición del libro de José Antonio Aparicio han sido hechos muy positivos que hay que saber valorar.

Hoy, gracias a las investigaciones de estudiosos como José Antonio Aparicio, queda muy claro que hubo responsables: La Marina y en último término el Estado, que no debió permitir el almacenamiento de aquella cantidad de bombas ni la existencia de aquellas bombas cargadas con pólvora , altamente peligrosas, como así sucedió, pese al informe del teniente coronel Bescós que ya 4 años antes había informado de manera oficial que aquellas bombas no podían estar cerca de núcleos de población. Incluso ofrecía una alternativa: El Berrueco, un terreno entre Chiclana y Medina.   

Yo pensaba el día 17 de este mes: si en Cataluña por la muerte de 16 personas se ha celebrado como se ha celebrado, con asistencia del Rey, del Presidente del Gobierno, del Presidente de la Generalitat, de la alcaldesa...   ¿Cómo habría que celebrarlo en Cádiz por la muerte de 150 personas y más de 10.000 heridos?

¿La Junta de Andalucia ha dado a Cadiz la importancia que se merece   este suceso? 

¿Ha habido muchas localidades en Andalucía donde por una tragedia hayan muerto 150 personas?

No entiendo nada...    

Para mí el 18 de agosto es y será siempre un día para el recuerdo y la memoria, pero un día también para reivindicar mayor justicia para la víctimas y para la ciudad de Cádiz . Así espero seguir haciéndolo cada año mientras pueda. Aunque sea una voz que clama en el desierto..Me da igual: la verdad hay que decirla le pese a quien le pese.

Por último agradecer a todas las personas y entidades que han colaborado en la celebración de esta interesante visita guiada   y por todas las nuevas donaciones que van enriqueciendo la Exposición .Yo también quiero entregar próximamente un par de recuerdos personales  de mi padre  en cuanto solucione por escrito quien  se haga cargo de los mismos.                                 







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