sábado, 3 de abril de 2010

MIS REFLEXIONES SOBRE SEMANA SANTA: LA RESURRECCIÓN. Juan Cejudo

En el relato del evangelista Juan de este domingo, cuando llega la Magdalena primero, después Juan y Pedro, el cuerpo de Jesús no estaba allí. Había resucitado.

El Viernes Santo parecía que todo había sido un fracaso para Jesús de Nazareth: sus discípulos, huídos. Pedro lo niega tres veces. Es condenado en los juicios religiosos y políticos y condenado a muerte. Sufre hasta el abandono de su Padre y muere en la cruz como uno de los muchos ajusticiados de la época. Parece que todo ha terminado.
Pero ese Jesús, el crucificado, Dios lo resucita. Triunfa la vida y no la muerte. Dios está donde hay vida, no muerte. Y donde hay dolor, sufrimiento, hambre, miseria e injusticias, Dios quiere que haya salud, bienestar y justicia para todos.

Muchas veces en nuestro mundo tenemos motivos para ver todo negativo y negro: un Mundo cada vez más injusto, con unas brechas insalvables entre países ricos y pobres. Un orden económico mundial injusto que nadie parece quebrar para buscar otro sistema de vida donde haya igualdad, justicia, fraternidad.


Incluso nuestra vieja Iglesia, tan abrumada estos días por los escándalos sexuales del clero en muchos países, parece perder credibilidad ante el Mundo y ante los mismos cristianos. Una Iglesia anquilosada, caduca en sus estructuras de tipo medieval y muy poco adaptada al hombre del siglo XXI, con un clero envejecido y unas iglesias vacías que parece no tener ningún futuro…

Pero la fuerza del Resucitado está ahí en medio del Mundo y de la Iglesia actuando.

Son impresionantes los testimonios de miles y miles de misioneros en el Tercer Mundo entregando su vida con los más desfavorecidos . También miles y miles de voluntarios que, en distintas organizaciones, acuden a trabajar allá donde están más urgentes los problemas. ONGS diversas que están ahí dando vida: montando tiendas de campaña, o abriendo pozos de agua..( pensemos en la Fundación Vicente Ferrer en la India por poner sólo un ejemplo).

También en nuestro entorno vemos a muchísimas personas ( en una gran mayoría jóvenes) que emplean su tiempo libre para ayudar a los demás de mil maneras: luchando contra la exclusión social en barrios marginales, contra la drogadicción, ayudando a los sin techo etc..etc…

Igualmente en nuestra misma Iglesia son muchísimos los que luchan por vivir la fe de un modo comprometido con los que más sufren y por vivir en comunidades cristianas de verdad, intentando caminar tras las huellas de Jesús. Son miles y miles las comunidades de base que viven así su fe en Latinoamérica, en Europa también y en otras partes del Mundo. Es ahí donde la Vida del Resucitado aflora con fuerza.

Algunos de ellos son pastores, como Oscar Romero que dijo: “Si muero, resucitaré en el pueblo salvadoreño”. Y es cierto. Lo mataron pero Romero sigue estando muy vivo en el Salvador y en muchas otras partes del Mundo.
Por eso hoy es día para contemplar la Vida y no la muerte. El espíritu de Jesús sigue estando muy presente en medio del Mundo y de la Iglesia.

3 de Abril de 2010

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