Este mes de abril, al Papa Francisco, en el encuentro que tuvo en Malta con los jesuitas, le hicieron esta pregunta sobre el futuro de la Iglesia. Y ésto fue lo que contestó, entre otras cosas...
-Santo Padre, la realidad de la Iglesia hoy está cambiando. Cada vez es más pequeña en una Europa secular y materialista. Sin embargo, al mismo tiempo, la Iglesia se desarrolla en Asia y África. ¿Cómo será la Iglesia del futuro? ¿Será más pequeña, pero más humilde y auténtica? ¿Y el camino sinodal de la Iglesia? ¿A dónde va?
-Papa Francisco:
El Papa Benedicto fue un profeta de esta Iglesia del futuro, una Iglesia que se hará más pequeña, perderá muchos privilegios, será más humilde y auténtica y encontrará energía para lo esencial. Será una Iglesia más espiritual, más pobre y menos política: una Iglesia de los pequeños. Benedicto dijo cuando era obispo: preparémonos para ser una Iglesia más pequeña. Esta es una de sus ideas más ricas.
(Papa Francisco a los jesuitas malteses el 3 de abril de 2022)
Hacía alusión Francisco a las palabras que pronunció el 1.969 Joseph Ratzinger cuando era sacerdote a una emisora de radio alemana. Reproduzco aquí algunos de sus párrafos. Aquella intervención íntegra, está recogida en el libro Fe y Futuro, publicado en 2007:
Joseph Ratzinger:
También en esta ocasión, de la crisis de hoy surgirá mañana una Iglesia que habrá perdido mucho. Se hará pequeña, tendrá que empezar todo desde el principio. Ya no podrá llenar muchos de los edificios construidos en una coyuntura más favorable. Perderá adeptos, y con ellos muchos de sus privilegios en la sociedad. Se presentará, de un modo mucho más intenso que hasta ahora, como la comunidad de la libre voluntad, a la que sólo se puede acceder a través de una decisión. Como pequeña comunidad, reclamará con mucha más fuerza la iniciativa de cada uno de sus miembros. (El sacerdote Ratzinger en declaraciones a una emisora de radio alemana en 1969 y recogido en el libro Fe y futuro publicado en 2007)....
Ciertamente conocerá también nuevas formas ministeriales y ordenará sacerdotes a cristianos probados que sigan ejerciendo su profesión: en muchas comunidades más pequeñas y en grupos sociales homogéneos la pastoral se ejercerá normalmente de este modo. Junto a estas formas seguirá siendo indispensable el sacerdote dedicado por entero al ejercicio del ministerio como hasta ahora. Pero en estos cambios que se pueden suponer, la Iglesia encontrará de nuevo y con toda la determinación lo que es esencial para ella, lo que siempre ha sido su centro: la fe en el Dios trinitario, en Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, la ayuda del Espíritu que durará hasta el fin. La Iglesia reconocerá de nuevo en la fe y en la oración su verdadero centro y experimentará nuevamente los sacramentos como celebración y no como un problema de estructura litúrgica.....
La hará pobre, la convertirá en una Iglesia de los pequeños....
Y entonces descubrirán la pequeña comunidad de los creyentes como algo totalmente nuevo. Como una esperanza importante para ellos, como una respuesta que siempre han buscado a tientas....
A mí me parece seguro que a la Iglesia le aguardan tiempos muy difíciles. Su verdadera crisis apenas ha comenzado todavía. Hay que contar con fuertes sacudidas. Pero yo estoy también totalmente seguro de lo que permanecerá al final: no la Iglesia del culto político, ya exánime, sino la Iglesia de la fe. Ciertamente ya no será nunca más la fuerza dominante en la sociedad en la medida en que lo era hasta hace poco tiempo. Pero florecerá de nuevo y se hará visible a los seres humanos como la patria que les da vida y esperanza más allá de la muerte....
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Esas palabras de Francisco es lo que desde hace muchos años muchos venimos diciendo y practicando. El futuro estará en vivir y celebrar la fe en comunidades cristianas pequeñas, donde participen activamente todos sus miembros, sin el protagonismo de ningún clérigo y que pueda ser presidida por cristianos o cristianas que tengan su profesión, a tiempo completo o parcial, sea soltero o casado, hombre o mujer y que estén coordinadas y relacionadas con otras comunidades cristianas.
Es lo que desde hace 45 años venimos haciendo en MOCEOP y en Comunidades Cristianas Populares.
Lástima que aquel sacerdote de mentalidad abierta hacia el futuro, cuando fue nombrado por Woytila, cardenal y Presidente del Santo Oficio, se convirtiera en una persona de mentalidad conservadora y muy cerrada, que sancionaría a centenares y centenares de teólogos en todo el mundo y luego, elegido Papa, continuara la trayectoria conservadora de Juan Pablo II, sumiendo a la Iglesia en una larga etapa de hibernación de aquel espíritu renovador, transformador y crítico que supuso el Concilio Vaticano II.
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