miércoles, 11 de diciembre de 2013

CONCENTRACIÓN DE LOS DESEMPLEAD@S DEL METAL EN LA SUBDELEGACIÓN DEL GOBIERNO EN CÁDIZ. Juan Cejudo


Estuve esta mañana con los compañeros desempleados del metal, que se han concentrado de 10 a 12 en la Subdelegación del Gobierno, para entregar sus alegaciones a las multas que pusieron a tres de ellos por manifestarse pacíficamente en Puerto Real. 

Incluso la misma policía local ha emitido un informe donde dice que la manifestación se desarrolló con toda normalidad, sin causar problemas a los ciudadanos y de forma pacífica. Eso fue en Agosto pasado.

Pero no han sido sólo estas multas por importe de 301 euros. Ya en el pasado mes de Abril, con motivo de la manifestación que hicieron en defensa del convenio del metal, 25 trabajadores, escogidos al azar,  fueron también sancionados.

Ésta es la respuesta del poder político a quienes intentan manifestarse y protestar por sus derechos. En este caso, por el derecho a un trabajo imprescindible y necesario para poder llevar sus casas adelante. Un derecho que ampara la Constitución, pero que es, en la práctica, papel mojado.

En otros casos, ya sabemos cómo últimamente este Gobierno y su fiel escudero en Cádiz, están aumentando la represión de los cuerpos policiales con denuncias, multas, arrestos sustitutorios a muchos de los colectivos que salen a la calle-siempre de modo pacífico- a reclamar sus derechos.

La concentración era también en protesta por la ley anti 15M, como se le ha llamado, o la ley mordaza. Porque el 15M fue el movimiento que popularizó las protestas callejeras y desde entonces se han ido extendiendo por todos los puntos de la geografía nacional. En Cádiz son ya muchos los compañeros sancionados por este subdelegado  que aplica su política represiva, sin diálogo y sin tolerancia a quienes disienten de las medidas que el Gobierno, estatal o local, aplica y que provoca las protestas de los diferentes colectivos sociales.


Está claro que pretenden silenciar a los ciudadanos. Pero se equivocan. Nadie puede detener el hambre, el paro permanente, las injusticias sociales, la pérdida de derechos conquistados durante décadas, ni la falta de perspectivas para una Bahía que está hundida por la incompetencia de unos políticos que no han hecho nada por el empleo. Se creen que fomentando el Carnaval, la Semana Santa y el Cádiz C.F, ya está todo solucionado en Cádiz. Se equivocan. Cádiz está muerto, más que  muerto, hundido.

Seguirá la lucha. Si el poder político emplea la represión, es señal de que les molesta que la gente salga a las calles a protestar y temen que la gente, de modo masivo,  lo haga. Es señal de que se está en el buen camino. "Ladran, luego cabalgamos..."

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