martes, 10 de enero de 2012

HE TERMINADO DE LEER EL LIBRO DE JOSÉ Mª CASTILLO: "LA IGLESIA QUE QUISO EL CONCILIO". Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de C. C. P.






















Lo compré en Octubre pasado en el Encuentro de Comunidades Cristianas Populares de Andalucía en Torrox (Málaga) y lo tengo dedicado por su autor.



Lo compré porque, aunque el libro se escribió hace 10 años, me parecía de gran interés en este año 2012 que se va a celebrar el 50 aniversario de su inauguración el 11 de Octubre de 1962 por el papa bueno, Juan XXIII (¡Cómo se le echa de menos!)



Y la verdad que me ha sido muy útil su lectura para comprender bien, explicado de un modo muy pedagógico y muy bien documentado, habitual en José María, todos los aspectos importantes que el Concilio quiso ofrecer a la Iglesia y al Mundo y el cambio profundo que supuso, desde que, unos años antes, el papa lo convocara y que, como ha escrito recientemente el historiador Hilari Raguer, fuera muy "torpedeado" por los altos cargos de la Curia y casi silenciado por el Observatore Romano.



José María nos habla de la genialidad profética que supuso aquel gesto de Juan XXIII. Nos cuenta cómo las primeras ponencias fueron redactadas por un grupo de teólogos afines a la Congregación del Santo Oficio, pero que fueron rechazadas por el Concilio. Los primeros redactores pretendían afirmar la autoridad de la Iglesia y el significado de salvación que tiene el aparato institucional de la misma. Se quiso dar prioridad primero a la jerarquía y después al pueblo de Dios. El Concilio cambió el orden: primero se hablaba del pueblo de Dios, después de la jerarquía.


















Se entró en contacto con el mundo moderno: "Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo"



El libro de Castillo va desgranando con detalle los distintos documentos del Concilio. Nos habla del papa que quiso el Concilio, los cristianos que quiso el Concilio, los obispos que quiso el Concilio, los presbíteros que quiso el Concilio, el papel de los religiosos y de los laicos, según el Concilio y el diálogo con la modernidad.



La Iglesia del Concilio dejó claro que el centro no podía ser la misma Iglesia, sino la alegría y el sufrimiento de los seres humanos.



Ya Juan XXIII había dicho pocos días antes de la apertura del Concilio, que la Iglesia tiene que ser, ante todo, la Iglesia de los pobres". Y que la Iglesia tenía que ser rejuvenecida. Había mucho que cambiar en ella.



Es por eso que, cuando habla de los presbíteros, el Concilio abrió las puertas a que los sacerdotes pudieran compartir también el trabajo manual y se extendió por muchos sitios el fenómeno de los curas obreros que en los años posteriores al Concilio proliferaron en muchas diócesis.



Castillo habla también en su libro de las ambigüedades que el Concilio dejó. Y deja claro que, si bien, introdujo cambios profundos en la teología de la Iglesia, sim embargo, dejó practicamente intacta la organización eclesiástica.



Esa organización que, con el paso de los años, ha conseguido en gran parte, dejar en el olvido las grandes innovaciones que el Concilio Vaticano II aportó a la Sociedad y a la Iglesia.



Dicen que cuando apareció muerto Juan Pablo I, estaba preparando una reforma profunda de la curia romana. ¿Sería por eso, como dicen algunos autores que pudo ser asesinado?



Creo que este librito de Castillo, a pesar de los 10 años transcurridos desde que lo publicó, sigue siendo muy oportuno para ser leido en este año 2012, quincuagésimo de la inauguración del Concilio. Os lo recomiendo. Está editado por PPC.

2 comentarios:

Rodrigo Olvera dijo...

Estimado Juan

Gracias por la reseña; este libro de Castillo se me había pasado de noche en el radar. Trataré de conseguirlo.

Un abrazo desde México

Juan Cejudo dijo...

Rodrigo: encantado de saludarte en mi blog.

Sigo con interés por Internet todos tus escritos.

Adelante!

Un abrazo: Juan