jueves, 5 de enero de 2012

REYES MAGOS. Juan Cejudo























Como viene pasando con todas las fiestas religiosas, ésta de los Reyes Magos también ha sido devorada por nuestra sociedad de consumo.



El 6 de Enero los cristianos celebramos la Epifanía, es decir, la manifestación de Jesús a todo el mundo, simbolizado en esos reyes ( en verdad no se sabe si eran tres, ni si eran magos) que venían de Oriente buscando a ese Salvador que había nacido.



Y es que hoy como entonces, Jesús sigue manifestándose en todos los sitios y lugares de mil formas. Allí donde hay verdad, justicia, amor, fraternidad, sencillez, libertad. Sea en Asia, África, Latinoamérica o en la vieja Europa.



Sea a través del testimonio auténtico de creyentes o de no creyentes, que, como Jesús, luchan por los más débiles, son personas constructoras de paz y luchan contra toda injusticia.



Estas personas han existido siempre en la historia antes y ahora. Jesús no es propiedad de la Iglesia. Es patrimonio de toda la humanidad. No me cabe ninguna duda que Fermín Salvochea, el "Cristo anarquista" como le llamó Lerroux, fue uno de sus seguidores, sin saberlo, aunque fuera ateo y revolucionario anarquista. Porque vivió toda una vida de entrega a los más pobres. Como Che Guevara, como Luther King, como Helder Cámara, como tantos otros...













Hoy sigue manifestándose al mundo en los que son solidarios, luchan contra los desahucios injustos y por los derechos sociales y trabajan para que otro mundo sea posible.



Nuestra fiesta de los reyes, aunque tiene todo el sentido entrañable de felicidad, sobre todo para los niños, no cabe duda que está mercantilizado. Da miedo entrar en las grandes superficies en estos días, con lleno a rebosar, a pesar de la crisis.



Reyes hoy es vender, consumir, derrochar, regalar...



Ha quedado muy lejos del verdadero sentido que nunca debió perder.

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