Conchi Vallejo envió hace varios días una carta a "Diario de
Cádiz" sobre los accidentes laborales que hasta la fecha no le
han publicado.
Entiendo que es un asunto muy grave que afecta a centenares
de trabajadores cada año y merece la pena que esta carta sea
ampliamente difundida. Por eso he ofrecido este modesto blog
para su publicación, con el deseo de que pueda llegar al mayor
número de personas posible.
Este es el escrito de la compañera Conchi:
Saludos: Juan
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ACCIDENTES LABORALES
En
los últimos días, hemos oído la noticia de varias personas
fallecidas por accidentes laborales, tres en las Bodegas Paniza
(Zaragoza) cuando se encontraban trabajando en una cuba,
dos al caer
una grúa tras ceder una ladera cuando se
encontraban apuntalando una
carretera en la autovía de
Valencia a Teruel y otros trabajando en
la construcción.
En
el año 2018, murieron en accidentes laborales en España,
572
personas, según fuentes del Ministerio de Trabajo, en el
2019, a
fecha de hoy, no hay datos concretos.
Me
llama mucho la atención, que ante estas cifras tan
escandalosas, en
primer lugar, los medios de comunicación no
se hagan eco, como lo
hacen, ante otras formas de muerte,
igualmente escandalosas, ni que
tampoco haya reacciones de la
sociedad a ningún nivel, parece como
si perder la vida en el
tajo, fuera algo natural y por supuesto que
no lo es. Me
atrevería decir que las causas de tantas muertes,
radica en la
falta de formación y sobre todo, por la precariedad
laboral que
tenemos instalada en este País.
Mucho tiene que ver
también, la adjudicación de obras por
parte de la Administración y
otras Empresas, en muchos casos,
a las ofertas más baratas, sabiendo
que los empresarios nunca
pierden dinero, recayendo estas “gangas”,
directamente sobre
las espaldas de los trabajadores.
Faltan
Inspectores de Prevención de Riesgos Laborales y
conciencia social
para que cada vez que un obrero muera en el
tajo, por ganarse el pan
de cada día, alcemos la voz
reivindicando más seguridad y menos precariedad. Que los
obreros muertos en el campo de honor del
trabajo, descansen
en Paz.
Conchi
Vallejo
1 comentario:
Amigo Juan, sabes que sigo tu blog, que comparto tu inquietud y tu forma de involucrarte en todos los asuntos relacionados con los temas sociales y de desigualdad que, lamentablemente, sufrimos en nuestro país.
Me parece muy oportuno que des cobertura en tu blog a la denuncia de Conchi Vallejo sobre el gravísimo problema de las muertes por accidentes laborales, que naturalmente comparto. No tiene ningún sentido que, siendo cualquier muerte una tragedia, se dé cobertura continuamente a las ocasionadas por la violencia machista, los accidentes de tráfico, los deportistas que practican deportes de riesgo y, sin embargo, no se dé cobertura suficiente, prácticamente ninguna, a las que se producen como consecuencia de los accidentes laborales. Pero tengo que decir que no estoy del todo de acuerdo con lo que se dice en el escrito que publicas.
En su carta, Conchi Vallejo generaliza y, de alguna manera, criminaliza a las empresas como responsables de todos los accidentes laborales (precariedad laboral, falta de formación, las empresas nunca pierden dinero, las “gangas” en las contrataciones siempre recaen sobre los trabajadores, etc.).
Como sabes, en enero próximo hará 38 años que puse en marcha una pequeña empresa de la que hemos vivido dignamente tanto mi familia como 10 ó 12 familias más. Desde que me jubilé, en marzo de 2.012, la dirigen mis hijos. En la actualidad trabajan en la empresa 13 personas (mis dos hijos más 11 trabajadores)
Todos los trabajadores tienen contratos indefinidos desde el primer día y están cotizados por los sueldos reales, muy por encima de nuestro convenio.
Se presta una especialísima atención tanto a la formación como a los equipos de trabajo y herramientas, de la mejor calidad y medidas de seguridad que utilizan los trabajadores, que reciben toda la formación del mundo, mucho más de lo legalmente exigible. En este sentido, además de que mis dos hijos tienen el título de Técnicos en PRL y procuran por todos los medios que se cumplan las normas, tenemos contratado un servicio externo de PRL.
Desgraciadamente, en octubre pasado, sufrimos un accidente con resultado de muerte. Un trabajador de 56 años, oficial de primera, trabajando toda la vida en el sector, perdió la vida mientras reparaba una máquina en las instalaciones de un cliente. Precisamente este trabajador había asistido, dos semanas antes, a un curso de manejo de determinadas herramientas entre las que se incluía concretamente el gato hidráulico, teniendo en nuestro poder el certificado correspondiente firmado por él.
Pero no me quiero extender en detalles sobre el accidente que no vienen al caso. Bastante tuvimos con sufrirlo. Tengo que decir que en nuestra empresa hay trabajadores que llevan más de 30 años con nosotros y que realmente formamos una familia.
Después de 8 meses investigando y estudiando el accidente hasta el más mínimo detalle, la Inspección de Trabajo admite una imprudencia temeraria por parte del trabajador.
Aún así, nos ponen una sanción de 41.000 € más el 50% de las prestaciones que genera el resultado del accidente, en este caso la pensión de viudedad.
Naturalmente hemos presentado un recurso que, según nuestros abogados, con toda seguridad ganaremos. Sinceramente considero que cuando se ponen todos los medios, cuando se cumplen escrupulosamente todas las normativas incluso por encima de lo legalmente exigible, cuando se le proporcionan al trabajador toda la formación y los mejores medios para el desarrollo de su trabajo, no estás obligado a más. Un porcentaje muy importante de nuestro trabajo se lleva a cabo en las instalaciones de los clientes. Y, lógicamente, no podemos ponerle un vigilante a cada trabajador para que lo controle cuando sale fuera a trabajar fuera de nuestras instalaciones.
Tengo que decir finalmente que la empresa de mis hijos no es, ni mucho menos, en empresas de nuestro nivel, la única que hace las cosas como es debido. Conozco bien a muchos clientes y proveedores nuestros que obran de la misma manera.
Un abrazo, amigo.
Miguel Guerrero
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